Estas fiestas pudieran ser como cualquier otra verbena de verano pero cuando te adentras de noche por sus calles, descubres que están decoradas con un solo elemento: La parrilla de San Lorenzo hecha luz. Este santo por no entregar los tesoros y dineros de la iglesia que custodiaba, (es el patrón de los bibliotecarios) fue quemado en Roma en una parrilla en el siglo III. Las parrillas-lámparas son el elemento unificador de sus bailes donde se escuchan en una calle a Pitbull, en otra al Barrio, y más allá a Shakira. Todos iluminados con el arma homicida del asesinato del santo.
Después de esto no te asombra cuando descubres que Pepín Bello, el amigo surrealista de Dalí, Lorca y Buñuel, era de Huesca y tampoco que el productor de El Perro Andaluz, peli de Dalí y Buñuel, era otro habitante de Huesca que decidió dar el dinero que había ganado en la lotería para una obra maestra del cine y el surrealismo.