Hace un año en París. Me pasó esto, vi a estos músicos tocando en Montmartre y me uní a ellos. Mi sobrino grabó el momento. Aluciné yo mismo pues los músicos callejeros son mi debilidad pues tengo muchos amigos que viven de esto y les tengo un respeto infinito.
Se lo comencé a tener cuando vivía en Cuba y los veía tocar en La Habana Vieja por las propinas para sobrevivir.
Hace cuatro días, 5 de enero del 2018, en el mismo lugar en Montmartre, al costado de Sacrè Coeur, me encontré a los mismos músicos tocando a ZAZ, su canción más conocida. Además de saludarme y reconocerme, me dejaron entrar a tocar cuando nos hicimos señas cómplices. Como viejos compañeros de faenas musicales.
Mi hija con 9 años, grabó y cantó feliz, quizás uno momentos notables de nuestro viaje, que junto a la visita a la terraza del Centre Pompidou, y su patinaje bajo la Tour Eiffel fueron mágicos.
Una experiencia con hija y mi sobrino que nos unirá siempre en la memoria y las anécdotas de un viaje a París, una ciudad que marca muy hondo siempre.