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jueves, 21 de noviembre de 2013

Erotismo en La Gauche Divine en Barcelona.




Colita, solo podía hacer esta foto de un erotismo tan sutil que refleja y explica -como ningún texto que he leído sobre la Gauche Divine barcelonesa-, la esencia y la libertad intelectual que emergió con ese grupo.
La fotógrafa Colita capturó el pulso de la vida de artistas del flamenco, Nova Cançó Catalana, y también de políticos, escritores, pintores, escultores, intérpretes,...desde los años 60, y casi hasta principios de este siglo. No obstante, esta foto tiene una lectura simbólica del Eros notable. Y contrasta con la opinión generalizada de que la Gauche Divine eran un grupo de pijos ricos que montaron editoriales y se forraron. No quiere decir que no lo fueron, pero también eran un grupo de jóvenes que se dejaron contaminar de una época de libertad en tiempos de la dictadura franquista, aunque ya en decadencia. Banalizar a estos jóvenes catalanes de clase media alta que cambiaron para siempre el sentido de la literatura Latinoamérica es un error, como le leído en muchas páginas.
La foto.
La morena lleva bragas blancas sin medias, la rubia lleva bragas negras, además de un lápiz en la boca como metáfora-juego de una supuesta felación entre las piernas del editor que está sentado detrás. Ambas llevan botas negras impecables, lo que hace evidente que la época era invierno y todos debían escuchar en sus fiestas a Jane Birkin y Serge Gainsbourg -con su 69 annee erotique.






Visita al Grec en pleno verano. Impacto, alumbramiento y despedida.


    La banda La locomotora Negra y un coro Gospel.

No conocer un espacio como este en la ciudad que vivo hace trece años, me hizo sentir un idiota cuando entré en su jardín por las escaleras que había visto miles de veces en los jardines de Montjuïc.
El Grec, es cierto que cada verano renace con el Festival que lleva su nombre, no obstante, todo el año esta ahí, sólo tienes que cruzar el umbral y admitir que ese espacio nacido en la misma piedra de la montaña es mágico.
Me sentí doblemente idiota cuando recordé que la excelente grabación del disco de boleros del pianista de jazz catalan Teté Montoliu y la cantante flamenca Maite Martín, fue grabado aquí, en el Grec, en 1992. Disco que escucho con una regularidad constante y que considero mucho mejor cantado que Lágrimas Negras de Diego Cigala y Bebo Valdés.
Pero éstos no son hoy los protas de esta historia, sino el teatro en sí, su acústica de piedra gris, donde vi la noche de verano que evoco, una cantata de Poemas de Salvador Espriu, que está cumpliendo cien años de nacimiento, nada menos que acompañada a ritmo de jazz por La Locomotora Negra. Regalo único que me hizo alguien con sensibilidad para que su vida fuera un lienzo: J.G y darme un lienzo de poemas de Espriu hecho con jazz.
Me he de demorado en agradecerlo -de verano hasta el otoño- y lo lamento, pero tendría que nacer dos veces cada día para devolver un regalo similar a la mano que me trajo, pero es imposible, pues ya desapareció, quizá para la buena conservación de su clase y especie. Además, los poetas nacemos solo una vez y a muchos nos gusta coincidir con Séneca cuando escribe ... 
"Me agrada tener algo que vencer, para ejercitar mi sufrimiento."


La Cama sin hacer de Tracey Emin y el ejército.



La obra La Cama sin hacer de Tracey Emin, me recuerda un verso de un poeta Beat de los sesenta... "esta forma de vida necesita sexo."Emin, creadora de esta instalación   polémica, para algunos, cuyo protagonista es una cama rodeada de colillas y condones. Declara: ... Lo único que me importaba antes era el sexo, no el dinero. El sexo me retenía en la cama y me sacaba de ella por la mañana, pero ahora está desvaneciéndose rápidamente. No estoy tan loca por el sexo como antes, ahora me interesan más las ideas", Dario 'The Guardian'. 
La artista británica, cuyos modelos son Egon Schiele o Munch, es amada u odiada por los críticos sin que su exhibicionismo, deje indiferente al espectador.  
A mi me gusta por una simple razón, la cantidad idiota de veces que tuve que hacer la cama por obligatoriedad castrense cuando pasé el ejército. Sin olvidar, el odio que le cogí a fregar platos por la  grosera suma de veces que tuve que hacerlo obligado. Tracey Emin debía tener un altar en un dormitorio de reclutas...



   Tracey Emin
My bed, 1998
Mattress, linens, pillows, objects
79 x 211 x 234 cm
This piece was one of the shortlisted works for the Turner Prize in 1999.