Ayer la luna llena nos trajo en solitario, desde Almería hasta Barcelona, a Luis Alberto Barbería, miembro activo del grupo Habana Abierta. Él desplegó todas sus armas en el escenario del Harlem Jazz Club, con sus múltiples matices de voz, y se detuvo muy bien en el brasileño Joao Bosco o Djavan. Todas estas influencias las despliega con una cubanía cargada de síncopa percutida que extrae sabiamente del amplio registro de su voz. Sus canciones Como soy Cubano, Guanguancó pa Daniela, Filineando, Dime si te atrapo con mi swing, terminaron moviendo al público, desde turistas japonesas o americas, hasta cubanas seguidoras de la peña de 13 y 8 , allí presentes.
Hay muy pocos miembros de su generación capaces de entregar un grupo de canciones de forma tan creativa solo con la guitarra, y más de diez instrumentos que es capaz de generar solo con su voz. Esto no es algo nuevo, a inicios de la década pasada cuando compartía escenario como corista acompañante con el grupo de flamenco rock, Ketama, vi a Barbería poner de pie al público del Pueblo Español (más de 5 mil personas en el recinto) solo con improvisaciones jazzísticas con su voz. Ha dejado huellas en los repertorios más recientes de la zaragozana Carmen París, o de la cubana Gema Corredera.
Ayer Barbería tuvo invitados variopintos, desde Habana con Kola que ejercen de anfitriones en este local, hasta tres palmeros cubanos que lo acompañaron a mitad de una pieza rumba-trova; pero sin duda, el invitado más especial, es quien lo acompaña en la foto de este post, un chico de 21 años colombiano, J Rodríguez, que lo contactó por facebook, se sabe todas sus canciones y con él cantó Tatuaje, admirablemente. Barbería está pendiente de todo, y muy activo en las redes, no dejando que nada se le escape.
En el camerino hablamos mucho de su gira este verano junto al cantante Javier Ruibal por varios teatros de Cuba: Pinar del Río, La Habana, Villa Clara y Holguín, que abarcó casi toda la isla, memoria de la cual se recoge en un DVD que saldrá dentro de poco. También de su último disco con Habana Abierta 1,2,3,4; donde incluye el tema-bossa con Carmen París, y sobre todo, la paz y las ganas de componer que le está dando su nueva residencia en Almería, tantos años en Madrid lo tenían estresáo.
Barbería no deja indiferente, no hace conciertos o presentaciones, reparte una alegría creativa y singular de toda la música que ha cultivado en su oído y nos la devuelve... Es una suerte tener estos amigos que vienen a iluminar el otoño del 2011, a despedirme un día antes de volver a América, después de 12 años, a cruzar el Atlántico hacia América del Norte...
Ayer Barbería tuvo invitados variopintos, desde Habana con Kola que ejercen de anfitriones en este local, hasta tres palmeros cubanos que lo acompañaron a mitad de una pieza rumba-trova; pero sin duda, el invitado más especial, es quien lo acompaña en la foto de este post, un chico de 21 años colombiano, J Rodríguez, que lo contactó por facebook, se sabe todas sus canciones y con él cantó Tatuaje, admirablemente. Barbería está pendiente de todo, y muy activo en las redes, no dejando que nada se le escape.
En el camerino hablamos mucho de su gira este verano junto al cantante Javier Ruibal por varios teatros de Cuba: Pinar del Río, La Habana, Villa Clara y Holguín, que abarcó casi toda la isla, memoria de la cual se recoge en un DVD que saldrá dentro de poco. También de su último disco con Habana Abierta 1,2,3,4; donde incluye el tema-bossa con Carmen París, y sobre todo, la paz y las ganas de componer que le está dando su nueva residencia en Almería, tantos años en Madrid lo tenían estresáo.
Barbería no deja indiferente, no hace conciertos o presentaciones, reparte una alegría creativa y singular de toda la música que ha cultivado en su oído y nos la devuelve... Es una suerte tener estos amigos que vienen a iluminar el otoño del 2011, a despedirme un día antes de volver a América, después de 12 años, a cruzar el Atlántico hacia América del Norte...