Mejor no hablemos de política, se ha impuesto quizás, porque la intolerancia del fútbol, ¡mi equipo siempre es el mejor!, ha influenciado el debate sobre politica.
Desde ofensas virtuales hasta personales, entre amigos, familiares o compañeros de trabajo. Entre charnegos y charnegros, padres e hijos y amigos de toda la vida, se han puesto en plan de pelea de gallos en la ciudad y en las redes.
El referéndum del 1-0 tiene cada alma ciudadana de Barcelona crispada o/ a punto. Claro, los hay con el entorno de todo SI o NO. Son los pocos.
Algunos están en estadisticas constantes. ¿Este es "catanofilo" o no? La raza, la nacionalidad, hasta la belleza de las mujeres pasa por.. ¿Esta es inda o no. -¡¡¡Ah, con lo fea que es y encima independentista!!!! Y a la inversa. ¿Qué pasa, no éramos todos demócratas que aceptábamos la diferencia?
0breros o profesionales, intelectuales tranquilos que viven y son felices, y se meten en un problema llamando idiotas a sus vecinos por hacer caceroladas a las diez de la noche, o gritan ¡ hijos de puta!, ¡comemierda, perros flautas!; Si están a favor de SI, o del NO.
Todos creen tener la razón.¿ No sabeís que los dos la tienen?
Especialmente, la intolerancia de los cubanos criados con el castrismo, que se creen mejores en todo: Intelecto y razón. No admiten, que unos opten por el referéndum y otros no. Y si te huelen cercano a la Independencia, es ya subirse por las paredes. Parece mentira que lleven muchos más de 20 años en democracia. No saben aceptar, por muy lejos que estén de tus criterios, que el SI al referéndum, tiene el mismo valor que el N0.
Sobre todo, porque los políticos se pondrán de acuerdo entre ellos. Y luego a quién ofendiste tendrás que lidiar con él en casa de un amigo común en las navidades. El orgullo no te dejará pedir perdón por los desagravios, y tendrás un problema donde antes no lo tenías.
Tener que mirar hacia atrás todo el tiempo es un problema, estar alerta cansa. Por eso, es mejor, si eres fácil a ofender y alterarte. ¡No hables de política! No comentes al contrario ofendiendo en las redes, que después dos líneas, se convierten en una pesadilla por culpa de un exabrupto.
Anécdota
Nunca voy a olvidar que mientras viví en Sevilla, muchos sevillanos del barrio de Triana, odiaban el otro lado del Río, o sea, Sevilla. Un amigo hasta tenía una camiseta que decía TRIANA, REPÚBLICA INDEPENDIENTE. Y no pasaba nada.
