Son mis padres... Alicia y Arsenio.
Me besan y yo niño raro, no sonrío. Tengo la tristeza del poeta (nostálgico) que sería años más tarde después de muchos años sin volver al sitio donde nací.
Me besan y yo niño raro, no sonrío. Tengo la tristeza del poeta (nostálgico) que sería años más tarde después de muchos años sin volver al sitio donde nací.
No quiero decir que no era feliz; es imposible no serlo rodeado de cinco hermanos, y con uno (Israel) que no dejaba que nadie me tocara en mi escuela; y Cecy que me tuvo como su mejor tesoro hasta que tuvo a su hijo, Hansel; quiero decir, que asumía la tristeza de la separación de mis padres y la llevaba a rastras o acuestas como este ejército que hoy somos hijos de padres separados y separados nosotros mismos con hijos de "ex's".
A ratos recuerdo su apoyo incondicional por encima de todos. También recuerdo esta mirada fija al lente de ese niño que ya no soy...
A ratos recuerdo su apoyo incondicional por encima de todos. También recuerdo esta mirada fija al lente de ese niño que ya no soy...
Me revienta no recordar que pensaba mientras ellos me besaban...
Ese jersey de colores de mi padre que llevaba con corbata muy acertadamente, me encantaba; y el estilo de mi madre peinada a lo cantante de jazz negra similar a Sarah Vaughan "achinaba y a la cubana," eran los años setenta.
Mi padre marino mercante, había llegado de Londres con un single de vinilo rojo de los Beatles.
Hoy es el día del padre en Cuba... Y miro fotos de allá, con mi hija en Barcelona antes de llevarla al cine a ver: "Campanilla y la leyenda de la Bestia."