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sábado, 11 de enero de 2020

Boris Larremendi construye una reflexión sobre la inercia de la Revolución Cubana y su amor incondicional por Cuba junto Amaury Gutierrez y Luis Bofill


Boris Larramendi, solo le faltaba vivir en Miami, como compositor e intérprete,  luego de vivir en Cuba, pasar casi 20 años en España, y luego "recoger" y asumir un segundo exilio en Miami después de tener una visión desde Europa, creo que es un complemento emocional casi perfecto hacer esta triangulación conceptual de experiencia vital como exiliado cubano. Llevo 20 años en Europa sin volver a Cuba  y me marcó mucho mi visita a Miami después de 12 años aquí, pues es imposible alcanzar una visión social y global del exilio cubano si no conoces o vives en Miami.
Esta canción seguramente nace de esa rabia interna de los que ya llevamos dos décadas fuera y hemos decido no volver, pero siempre existe el cuestionamiento constante de algunos de esa isla (que se la apropian como si fuese suya -el gobierno claro está)  u otros que viajan cada año allí varias veces, y cuestionan por qué uno no vuelve ¿?...
Boris asume la palabra de muchos como yo con un estribillo simple TÚ VAS CONMIGO, Y DÓNDE QUIERA QUE ESTÉ, TÚ VAS CONMIGO Y DÓNDE QUIERA QUE ESTÉ, SIEMPRE CONMIGO (...) AUNQUE EL TIEMPO ME ESTÉ MATANDO YO NO TE OLVIDO,  Amaury Gutierrez lo dice también claro, el barrio, los amigos, la gente. Una cosa es el sistema político y otra muy distinta el país que uno no deja de amar ni un milímetro.
Boris no deja de amar a Cuba como Lydia Cabrera, en Miami, como Guillermo Cabrera Infante desde Londres, como Severo Sarduy desde París, o Reinaldo Arenas desde New York, todos lo dejan claro en sus obras tras irse de Cuba y no volver. Boris lo sabe perfectamente porque les ha leído, y siendo mi amigo desde hace más de treinta años sé de la voracidad de sus lecturas que van más allá de su música.
La base rítmica del tema cargado de rock con elementos claros de síncopa cubana me gusta demasiado pues complementa mucho la carga emocional de la letra de forma única. Ya la entrada del bajo con las palmas y luego esa guitarra con rifs, te augura que lo que viene está cargado...
Fusión y tradición que comenzó con Irakere y Van Van en los setenta y luego Habana Abierta hizo una Revolución absoluta en los años noventa que casi todos siguieron, tanto los que hacían rock cubano como los que hacían timba, y Larramendi fue parte actuante y viva de esa revolución.
Luis Bofill y Amaury Gutiérrez son dos escuderos brutales que no actúan de comparsa en esta fiesta canción, también la complementan y demuestran que generaciones varias de exiliados cubanos pueden crear algo esencial por tener la misma raíz.

Me jodió personalmente cuando Boris se fue de este país, pues aunque vivía en Madrid sus viajes para hacer conciertos en Barcelona eran vitales para mí. Sobre todo la última vez cuando vino al Pipiolo bar, en el eixample barcelonés, y se quedó a dormir en casa,  y analizamos discos canción a canción, hablamos de música, músicos y vida. Ver como ha evolucionado como músico en solitario en la capital del exilio cubano o estado del sol, Miami, me hace feliz y justifico su partida si fue para hacer cosas como estas.


Reseña del último concierto de Boris Larramendi en Barcelona. PIPIOLO BAR.2014.


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