La primera vez que escuché de hablar de ETA, vivía en La Habana, era agosto de 1997, y llevé a un escritor catalán a tomar mojitos a La Bodeguita del Medio, para cumplir el tópico habanero de Ernest Hemingway:.. -tu mojito en la Bodeguita, tu daiquirí en el Floridita. Para quien no lo sepa la Bodeguita es un bar-restaurante que tiene la peculiaridad de tener las paredes cubiertas con las firmas de sus clientes, allí se toman “los mejores mojitos” o, al menos, tienen mucha tradición de este cóctel. Mientras esperábamos en la barra, justo encima, había un cartel escrito en rojo: GORA ETA, (¡Viva ETA!, en vasco), que puso de muy mala leche (mala llet en catalán), a nuestro amigo quien no podía entender cómo se permitía esto. Recuerdo nos contó que los etarras habían asesinado a Miguel Ángel Blanco, un mes antes (julio) después de tenerlo tres días secuestrado, y con millones de gentes en la calle pidiendo su liberación; nos fuimos.
ETA no solo vacacionaba en La Habana con mojitos y mulatas, sino que muchos de sus miembros buscados en Europa vivían, montaban negocios con el dinero de la extorsión (IMPUESTO REVOLUCIONARIO) a empresarios vascos y participaban en ferias con sus siglas o parecidas.
Desde hace un tiempo, ya en este siglo, al parecer habían perdido algunos de los favoritismos del gobierno cubano e incluso para ellos, su estancia en Cuba había pasado a ser algo muy desagradable, al punto de que, este año, unos cuantos escaparon en lancha con tan mala suerte que fueron capturados en el intento y retornados… a la isla como cualquier balsero cubano.
ETA eligió el 20 de octubre, día de la cultura cubana, para decir: Adiós a las Armas.
foto interior de la Bodeguita del Medio, en La Habana.
foto interior de la Bodeguita del Medio, en La Habana.