Era el año 2005, la primera vez que votaba en una elecciones autonómicas catalanas. Fui feliz aplastantemente. Nunca voté en Cuba. Habían más de 17 partidos políticos en papeletas.
Las cámaras, Municipal y del Parlament catalán siempre han tenido más partidos políticos representados que el Congreso y el Senado en Madrid.
La normalidad democrática de este acto, pude comprobarla cuando fui elegido como primer vocal de la mesa electoral de mi circunscripción (Barrio de Grácia) en las siguientes elecciones a la presidencia del país. Siempre digo que estuve en la mismísima matriz de la democracia por vez primera, además, recibí 60 euros por la faena de todo el día, pagados por el Estado.
La normalidad de votar, me ha llevado a la normalidad de integración a través de un libro Cuba i Catalunya Influencias Mutuas.Ed Muntaner 2019