Octubre 9- Beijing- La China de Mao ha quedado atrás y ésta de la semi-apertura nos sorprende. 1200 millones de almas deslizándose en bicicleta por un país que poco tiene que ver con los códigos conocidos de Occidente.
En la Plaza Roja todavia Mao está presente desde su enorme mural o en la larga cola para acceder al mausoleo con su cadáver embalsamado. No me siento cómoda. Pero transpaso el umbral de la Ciudad Prohibida y me fascino. No puedo evitar las imágenes y los sonidos del "Último Emperador" de Bertolucci, agolpados en mi cabeza recorro ansiosamente las imperiales avenidas, la casa de las concubinas, el trono del grillo. Admiro los curvados techos con su extrañas figuras protectoras y me compro un gorro de emperatriz que me queda muy ridículo
Octubre 10- Muralla China
Después de atravesar una Beijing polvorienta, desconcertante, poblada de bicicletas que cruzan sin semáforos y no se chocan y de andar por un paisaje agrícola con campesinos bajitos, con sombreros cónicos y herramientas de la edad media, llegamos a la gran muralla. Demasiado turistas en la base, demasiados en las escaleras, pero a medida que subimos todo se suaviza, excepto nuestro aliento que se acorta por el esfuerzo y por el panorama impresionante que nos rodea. ¿Nos estaran viendo desde la Luna ?
Octubre 11- Xian
Imperio de las tumbas. Otra vez el paisaje medieval y la aventura de conducir en una carretera con chinos al volante, casi mas excitante que una carretera de El Cairo.
Las ordas de turistas una vez mas agolpándose a la puerta de algo parecido a un galpon y después de traspasarla el espectáculo más impresionante de lo visto hasta ahora. Los cientos y cientos de guerreros de terracota (de los miles todavia no restaurados) que el Emperador Lin mandó a moldear para cuidar su tumba y su eternidad.
Un terremoto los hundió 200 años AC y fueron descubiertos en 1972 por un campesino mientras cavaba buscando agua.
Ahí están con su metro noventa, ninguno igual al otro, sus extraños peinados, su mirada fiera, sus caballos, su secreto.
Se metieron en mi sangre. Fue difícil dormir esa noche.
Octubre 13- Shangai
Por el camino de la seda vamos a Shangai. Capital del Opio. Ciudad de contrastes. Capital del futuro. Ciudad a la que volvería...como volvería siempre a New York, a Berlin...
Un poco europea, un poco China y muchas leyendas que fueron historias verdaderas. Me llevo a Shangai en la valija.
Otubre 15- Guilin ( bosque de laurel )
Una ciudad de pocos habitantes para China, solo 600.000, atravesada por el río Ling, donde los pescadores en balsas de cinco troncos de bambú atados entre si, pescan con cormoranes amaestrados.
Observamos paisajes bellamente brumosos mientras navegamos por el río y la colorida paleta de lossembrados no hace dudar si quizás Van Gogh no hubiera cambiando los amarillos de Arles por estos amarillos.
Por la noche comimos en un restaurant para local. Tenían los animales en jaulas o estanques y los mataban en el momento antes de cocinarlos. Elegimos caracoles y pescado, pero no pudimos evitar que otro comensal eligiera tortuga, que fue brutalmente descabezada en nuestra presencia.
Oct 17- Guanzhou ( Canton)
El ventanal del hotel nos permite una vista panoramica del río de la Perla desde donde se iniciaba la Ruta del Perfume hacia el Golfo Pérsico. Una China con mucha influencia occidental inocultable. Pero nada comparado con los animales en cautivero de todo tipo listos para ser comprados y comidos que vimos en el mercado central.
El viaje en tren a Hong Kong nos da una idea de los controles y limitaciones que todavia tiene la población, algo que su buen humor y sus ganas de comunicarse nos habían hecho olvidar.
Oct 19- Hong Kong
Atras quedó la China prohibida de los Yuans y ésta nos recibe con dólares y double deck buses.
De alguna manera entre las dos Chinas se arreglaron para que este paraíso del consumo se conserve independiente del gobierno central por 50 años más.
El mercado de pájaros es bellamente triste, me hubiera gustado comprarlos todos y soltarlos ahí mismo, no creo que un pájaro enjaulado cante, debe llorar a gritos. Volvemos de presenciar unaversión acortada de la ópera de Pekin, espectáculo difícil, por momentos atrapante, por momentos somnífero.Caminamos por el malecón de Kouloon que bordea el mar y Hong Kong toda iluminada se presenta ante nosotros.La energía que emana es parecida a la de New York
Otra postal para el alma, pero la nostalgia por la otra China me embarga.
Maniana es el último día en este país perturbante.
De nada me arrepiento, volver es siempre una posibilidad...