Acabo de ver unos labios verdes en la estación de metro de Passeig de Grácia. Si hiciera igual que algunas personas cuando ven el pelo rizado de mi hija (que desean tocarlos) los hubiese besado.
En cambio, me censuré. No le hice fotos ni la besé. Fue unos segundos pero su Camaleon Labial Magic Color Verde, irá hoy conmigo al sueño.
Me alegré de que ya los colores han pasado de los cabellos al maquillaje en la vida cotidiana.
Me gustan los colores. Y recuerdo mi impacto al llegar a París y ver mujeres todas de negro y bufandas de colores. Costó que llegará a la Península esa abundancia de color en otoño- invierno, tuvo que salir las marcas catalanas Custo y Desigual ( masificararse) para poner el color en orden.
¿Y si la hubiese besado?