En la carrera de Madrid hacia Zaragoza - Barcelona por dónde voy, la advertencia: "¡maquina esparciendo sal!" no es una metáfora que describe el hecho de traer el mar a la autopista a través de toneladas de sal por cientos de kilómetros nevados de la meseta. Sino, es sinónimo de que hay peligro de formación de placas de hielo, un peligro evidente. ...
"Al echar sal en las carreteras con nieve, baja el punto de congelación, haciendo que se derrita la nieve. El hielo se forma cuando el agua alcanza 0 °C, pero el agua con 10% de sal se congela solo a -6 °Si la temperatura del ambiente se encuentra por debajo de los -8 °C, es posible que no se derrita..."
Más de la mitad del retorno a Barcelona unos 617 kilómetros, estuvo cubierto de nieve a ambos lados. Un paisaje hecho para la memoria. Un peligro necesario para otra fundación de la belleza.
Mis amigos en Canadá desde diciembre me envían imágenes como ésta y de alguna forma me han condicionado para vivir esta sobre abundancia de la naturaleza. Gracias a vosotros.
José Emilio Pacheco ya había escrito:
"La nieve no quiere decir nada: Es sólo una pregunta que deja caer millones de signos de interrogación sobre el mundo"
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