Primero una evidencia. Es bella.
Otra. Es mi amiga. Tres, en un mismo día (Domingo) la llevé a ver un concierto de Mane Ferret, y más tarde, otro de Havana d' Primera.
Eso sin contar que el día anterior nos citamos por vez primera en el Pipiolo Bar, donde vimos el último concierto de Boris Larramendi en Barcelona. Allí pude presentarsela a Boris y supe que habíamos sido vecinos en el Vedado donde ambos nacinos.
Fue seguidora - y es- de mi blog, pero el vínculo vino por Ramón Fernández Larrea que es amigo común denominador.
Ella aún no sabe que hace unos días estuve horas hablando con Carlos Varela, otro amigo común y volvímos hablar de ella.
Se llama: "Cristiana Robaina Márquez" y sin sus palabras desde Miami que se convierten en terapia (es mi psicologa) yo fuera más triste.
Estas evocaciones se escriben por nostalgia, otra obviedad.
Y por esta foto que ella cuelga y yo la aislo del contexto, pues quiero que me mire, quizás porque amenaza el otoño y ella vive en ese estado del sol que la mantiene más viva.
Un beso...
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