Dejar una ciudad acostada en el mediterráneo y subir costa azul arriba hasta Niza/Nice, duele aunque sepa que serás feliz.
Barcelona como la pongas, es bella. Si es con el último reflejo de la tarde como un hilo de luz, su belleza sobrevive. Quizás porque cada punto de luz, la reconoce mi pupila cómo suya.
Vuelvo pronto.
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