Todo lo que se esconde a la luz,
parece que da miedo. En el gótico barcelonés en verano. Más que miedo agradeces
esta arquitectura medieval que atenúa la luz del sol con calles estrechas y
arcos que advierten que ciertamente estás en otra época.
Recorrer esta zona cerca del mar
partiendo de la Plaça Pla de Palau para llegar luego a la iglesia de santa
María o bajar por la Rambla de Borne es cuasi obligatorio.
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