Anécdota del 26 de julio de 1953
...Fidel Castro detestaba que lo vieran con gafas en público y al entrar en la ciudad se quitó ese signo de debilidad y lo guardó en un bolsillo de su uniforme (…)
Al llegar al portón del cuartel Moncada, todavía entre dos luces, el chofer del primer auto lo detuvo, se bajó y gritó a los dos centinelas: “¡Paso al general!” Los guardias, confundidos, abrieron la portada y se cuadraron. Dos de los asaltantes corrieron hacia ellos y los desarmaron fácilmente.
Cuando el primer auto entró al cuartel Fidel Castro avanzó el suyo. Pero por la escasa luz o porque no llevaba lentes, su auto se montó en la acera y golpeó contra uno de los mojones a la entrada con fuerza y mayor ruido. Acababa de comenzar el fracaso del asalto pero ni Fidel Castro ni los otros asaltantes lo sabían todavía.
Esta anécdota del 26 de julio de 1953, la cuenta el escritor Guillermo Cabrera Infante en 1984, se la hizo Gustavo Arcos que iba en el coche con Fidel Castro durante el asalto.
No entiendo porqué la gente se asombra de que esté menos presente desde que se enfermó, para él los enfermos son débiles. No obstante, acogió en su seno a Hugo Chávez hasta su final.... ¿Será por el oro negro, el líquido seminal del petróleo?
Hoy sabemos que los asaltantes fueron liberados dos años después del asalto, 1955. Unos creen que fue por la promesa que hizo la madre de Fidel a la Virgen del Cobre, en Santiago de Cuba; otros creemos que se debió al vínculo familiar de los Castro con el general Fulgencio Batista quien los había encarcelado, era padrino de Raúl Castro, a quien bautizó en 1938, según una foto que aparece en el periódico Avance Criollo del 12 de agosto de 1960. Un día sabremos la verdad, o quizás no.
A Fidel Castro no lo encontraron hasta el 1 de agosto,
cuando fue detenido. Después del asalto se escondió.
foto: Fidel detenido tras el asalto, sin gafas.