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sábado, 10 de mayo de 2014

Cartas desde La Habana leídas en el Mama' s Café de Gràcia.



Soy de los que vengo a los bares a leer las cartas que me envía mi madre de Cuba. Duele leer noticias cuando estoy sólo en casa. Esa ciudad (La Habana) si es domingo duele, si es entre semana duele, y si es feriado sigue doliendo pues casi todo sigue igual en su perfil político después de 20 años sin yo volver a verla. Saco las cartas del buzónque en catalán se nombra con una palabra hermosa "Bústia" -parece nombre de una paloma mensajera- y salgo a buscar un lugar donde leer y de paso escribir.






Antes de abrir las cartas pienso que esta Semana Santa ha estado cargada de muertes musicales y literarias más de lo normal... Murieron: Junior del dúo Juan y Junior; Cheo Feliciano, el salsero de la Fania All Star, casi toda en el cielo reunida; murió Sonia Silvestre y sin duda el que más ruido ha hecho en todo el mundo: Gabriel García Márquez, el colombiano premio Nobel. Hizo tal ruido su muerte en la calle Fuego 144, en Méjico que hasta la tierra tembló en ese país. Así de fuerte fue su entrada en el cielo desde la tierra que no quería abandonar.
La mesa que finalmente logró ocupar, tiene seis sillas en el salón interior del café, hay cinco chicas y yo, mi irrupción no varió para nada su conversación y fueron muy amables, pero yo no quería hablar, yo quería escribir... Pensé en mí poeta actual de cabecera Choi Seung-Ho....
Espero que no le pregunten al muñeco de nieve, que no sabe nada de nada, por qué vive. No sólo no sabe nada de él mismo, si es un niño o un anciano o si está vivo o muerto. El muñeco no sabe de dónde viene ni hacia dónde va. Tampoco si existe o no, se mantiene parado como llorando o riendo atontado como si fuera huérfano y sería bueno abstenernos de preguntarle por su casa, la familia, y su tierra natal...
Cerca del mar...
Últimas tres palabras de una canción que pone la camarera del bar Maite, de Jorge Drexler.

El té, y sobre todo el pastel con la nata envuelta entre dos hojas de hierba buena, eran una delicia que compensaban las noticas de una isla en la memoria.



    Logo del Mama's Café.



                                  Murió Junior del dúo Juan y Junior...



El ágora de Atenas en digital, impacto agradable...

Ágora de Atenas...
Era, entre otros, el lugar donde los atenienses se reunían para discutir sus leyes y decidir el futuro político de su ciudad, el cual solía depositarse en manos de aquellos que mejor dominasen la oratoria, el arte de convencer. Lafilosofía de Sócrates, o, con más exactitud, los inmortalesdiálogos platónicos (y la Academia de Platón, cuyas puertas estuvieron abiertas durante más de ocho siglos) le dieron a nuestra forma de pensar, unas bases imperecederas, nacidas en el seno de un grupo de amigos de la sofía (sabiduría) que se oponía a aquellademocracia, del ágora, que dejaba el futuro de la ciudad en manos de sofisticados oradores y demagogos.
Hasta las reformas de Clístenes era el lugar de concentración de la Ekklesía (Asamblea).
El ágora ateniense se convirtió en una zona residencial durante las ocupaciones romana y bizantina. Lo cual se vio indiscutiblemente en las nuevas formas implantadas en cuanto al arte de discutir.
Recinto sagrado

Basta con recordar el perfil de la ciudad donde naciste: La Habana por ejemplo.



    Foto promocional de La Habana años 50.

A veces sólo recuerdas el perfil de la ciudad donde naciste; si coincide  con la persona que has besado esta ausente, basta con recordar el momento -o los- donde aquellos cuatro labios - dos tuyos- fueron cómplices de un fluido de humedad y saliva. Si coincide que dentro del perfil citadino que recuerdas hay una mancha azul, entonces es el mar: humedad, saliva y nostalgia.
Repito, si estás seguro que es el perfil de la ciudad donde has nacido, y la tienes a más de ocho mil kilómetros con el océano Atlántico y una dictadura de medio siglo que sigue encarcelando opositores y deteniendo blogger..¿qué hacer?¿de qué hablar?
Me decanto por  hablar de Elena Poniatowska que recibió el premio Cervantes en España por estos días con la mala suerte de la muerte de Gabriel García Márquez por el medio,  que le quitó protagonismo para la mayoría,  pero quienes hemos leído sus textos infinitamente, no olvidamos su  reciedumbre de vida con más de ochenta años. Aquí regalo un fragmento de un  perfil prosa casi una carta de ausencia a Martín ... 


Vine Martín, y no estás. Me he sentado en el peldaño de tu casa, recargada en tu puerta y pienso que en algún lugar de la ciudad, por una onda que cruza el aire, debes intuir que aquí estoy. Es este tu pedacito de jardín; tu mimosa se inclina hacia afuera y los niños al pasar le arranzan las ramas más accesibles... (...)  Todo tu jardín es sólido, es como tú, tiene una reciedumbre que inspira confianza. 
Elena Poniatowska



   Otro perfil. Vista del Morro desde el paseo del Prado.
   Destacan las rejas modernistas y guardavecinos.