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domingo, 15 de marzo de 2015

Oppiano Licario rescatado del Mercat de Sant Antoni en Barcelona...

El Mercat de San Antoni hoy trajo un regalo esencial en mi memoria de libros de Lezama.

"bisagra entre el espacio abierto y el cerrado, la puerta cobra un fácil mecanismo, organiza su lenguaje durante el día y la noche y hace que los espectadores o visitadores acaten sus designios (...) en aquella casa había que vigilar el lenguaje de la puerta."

Así es el primer párrafo de este obra inacabada de Lezama, la reescribo para mi amigo venezolano Luis Duno-Gottberg.

"Oppiano Licario (1977) es la novela de José Lezama Lima publicada póstumamente y, como sabemos, inacabada. Se trata de la continuación de Paradiso (1966) ya que en ella se extiende el relato de la vida de personajes esenciales de la misma. Su carácter inacabado se hace evidente pues al final no sabemos qué ocurre con Cemí, con Fronesis, con Foción (a quien vemos viviendo en París con su hijo Focioncillo) y con la tarea que ellos supuestamente tenían y que les había sido encomendada por el erudito Licario."

¿Qué libro buscaras este domingo en el Mercat de San Antoni? Bomarzo que me llevo a Italia, como Rayuela a París.

Dos escritores argentinos me sembraron un ADN europeo de Francia e Italia antes de vivir en Europa, hecho que les agradezco infinitamente. 
Uno como legado histórico:  Manuel Mújica Laínez con su novela "Bomarzo" y Julio Cortázar con Rayuela a través del exilio literario de sus protagonistas y su interacción con París. De París debo decir que ya había leído "París era una fiesta" de Ernest Hemingway, literariamente es floja, aunque su interés toma peso por los escritores exiliados voluntariamente en París en el cual yo me reflejaba en un futuro no muy lejano  sin duda alguna.
De Bomarzo que leí dormido y despierto en esa maravillosa Habana de los ochenta nada mejor que la nota de su editor: 
"El jorobado duque Pier Francesco Orsini, entre cuyos parientes figuraban papas, señores de la guerra y distinguidos cortesanos, poseía gran cultura y sabiduría y, en su extravagancia, creó hermosos seres fantásticos con cautivadoras deformaciones, que instaló cerca del castillo, en un lugar conocido como el Bosque de los Monstruos. La vida y aventuras del atroz y angelical duque de Orsini, sus incontables desgracias y hazañas, constituyen el memorable mural en el que Manuel Mujica Laínez despliega una visión cínica y objetiva de los manejos de la política y del poder, de la psicología de quienes lo ejercen. Reelaboración minuciosa, mágica y poética de todo un mundo de príncipes, cardenales, condottieri, bufones, artistas, cortesanos y escritores, Bomarzo no sólo es una hermosa novela histórica, sino una narración apasionante que trasciende el género para convertirse en la crónica lúcida de una civilización, y la obra más ambiciosa y acabada de uno de los máximos exponentes de la narrativa hispánica contemporánea."

Hoy puedo decir que Cortázar junto a Lezama Lima me consolidó en una carrera literaria en la que persisto voluntariamente impresa y digitalmente,  y Mújica Laínez sin duda me empujó hacerme historiador para tener otros elementos. Tras él caí en otr@s que recrean la historia en su literatura.
Busco la edición que me leí en Cuba de este libro.
Todo esto lo escribo tras la pregunta de mi amiga entrañable Sabina Ordoqui ¿qué libro buscaras este domingo en el Mercat de San Antoni?
-Bomarzo, de Manuel Mújica Laínez, Ed.  1962.



Jardin de los monstruos en Bomarzo, donde transcurre. La novela.

JUAN Formell engrandeció su figura antes de morir: al exaltar a los raperos censurados por Castro.

Sin duda,  la carrera musical de Juan Formell con Los Van Van en Cuba, en más de cuarenta años y todos los premios de la musica posible, incluidos Grammys que recibió, no necesitaba alinearse con la disidencia cubana a través de:  "Escuadrón Patriota, Maikel Extremo, Silvito El Libre," entre otros, pero lo hizo como puede verse en este vídeo hecho por Proyecto Créeme en el cine Acapulco en La Habana.
Gesto  que le agradecí personalmente a Juan Formell  cuando pude saludarlo a él y sus músicos, en una de sus ultimas visitas aquí en Barcelona; cuando de la mano de Mundo, amigo y casi familia, uno de los trombonistas de los Van Van,   fui al camerino tras el concierto y al día siguiente los despedí en el hotel que se iban rumbo a Francia.
Les confieso que lloré con una frases de unos de los raperos, pues retrató en una sola linea-rimada toda la censura que viví en ese país donde nací:

"la libertad es tan grande que un poquito parece bastante"