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lunes, 16 de diciembre de 2013

Perfect Day. Lou Reed ha muerto. Ningún día es perfecto para morir.

Estaba escribiendo un post sobre la noche de ayer donde rozamos la perfección en la sobremesa en el eixample barcelonés, tras la fiesta cumple de Cecy, donde me reencontré con un amigo entrañable, César, además de Ubaldo y Lissy (anfitriones), Direlia y Laura Mandarina, esta última actriz argentina que hizo magia para los niños y de hipnotizadora para los adultos que la descubrimos sacando la magia de nuestros hijos en forma de risa desde el interior de sí mismos, algo muy difícil de hacer, pues está destinado, solo a quienes tienen don de hechizo...
Entro en facebook para ver un mensaje que me avisa el móvil y veo la nota de Bruno Galindo, amigo, escritor y novelista que se lamentaba de la muerte de Lou Reed a los 71 años. Había nacido como Lewis Allen Reed en la ciudad Freeport, Long Island, Nueva York, el 2 de marzo de 1942. Y era otro que te dejaba en en hipnosis con su música...
Me vino a la mente, su Perfect Day, e inmediatamente después, la versión de Albert Pla, de su lado mas bestia de la vida (Walk on the wild side) es realmente fantástica,  me parece el  homenaje justo escucharla. 
Bueno, ayer en la noche mientras moría Lou Reed que se hizo un transpalnte de hígado en mayo, nosotros hablamos de exilio, viajes, canciones. Todo en unos de los vientres cuadrados del eixample catalán (patio interior de las manzanas ideadas por Idelfons Cerdá) que mira al cielo donde ya estaba Lou Reed saludando a Lennon entre otros amigos...
No soy vidente, pero estos amigos podrán confirmar que César y yo narramos con lujo de detalles nuestras visitas al cementerio de Montparnasse a ver la tumba de Córtazar... quizás era una señal de Lou.