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sábado, 19 de mayo de 2012

Mi vida sexual con Donna Summer no se acabará nunca.



Antes de que los Drag Queen y el Mundo Gay, se apropiaran de la música de Donna Summer, hubo millones de adolescentes en el mundo que a fines de los años setenta  escuchamos una voz negra y sensual fingiendo orgasmos continuamente en Love to love you baby. La revista Times determinó que eran 22 orgasmos ¿reales o falsos? Quienes tuvimos la suerte de bailar en discotecas y fiestas, después de las 12 de la noche, esa música nueva, con las novias o conocidas de la época nos pareció la banda sonora ideal para el desarrollo de nuestra sexualidad. Aún no existía Internet y en Cuba, además, estaba (está) prohibida la venta de revistas eróticas ni teníamos idea de la existencia de las Salas X; recuerdo que  Javier, un amigo mío, fue expulsado de la escuela por dibujar una mujer desnuda y mostrarla a los amigos en la clase. A muchos, estos gemidos orgiásticos nos cambió para siempre el sentido de la erección tradicional. Hasta ese momento, ninguna cantante de pop se había atrevido a tanto en EE.UU., y por eso, Love to love you baby, fue censurada y fue en Europa donde alzó vuelo