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martes, 22 de noviembre de 2016

Amanecer ante los Cingles de Bertí. Sobrevivir a no verlos. VallésOriental. Barcelona.

Los que no tenemos fe en el futuro tenemos la nostalgia. Ya sé que soy ordinario para soy así.
Me repito que doy miedo. No sé nada sobre retener, salvo algunas palabras y la atención de mi hija cuando soy creativo y le presto mucha atención.
Los Cingles de Bertí están en la ventana al despertarme en casa de la Malinche en Riells de Fai, una población que fue asentamiento romano y se fundó en el primer siglo de nuestra era. O sea, hay humanos por aquí mirando estas montañas hace más de mil años, es normal que tantas pupilas las hayan hecho tan bellas...
Maya se despierta y me pregunta¿ pará donde estamos? y me río... No lo ves... En el paraíso.

"Segles abans de la nostra era, la vall del Tenes era un lloc habitat per adoradors de la deessa de l'amor, Venus, els indrets preferits dels quals per residir-hi eren o bé el mar, insondable, infinit; o bé les muntanyes verges, plenes de boscos, torrents, gorgs i salts d'aigua. Així doncs, l'entorn dels Cingles de Bertí era un emplaçament ideal per a aquests adoradors de la dea, de manera que era habitual veure córrer per aquestes contrades homes i dones nuus, fades i nimfes, tots embriagats de l'amor insuflat per Venus."

Mi hija se parece a mi ADN: la lectura. Ver las luces de Navidad con Maya.

Podría creerse que yo condiciono algunas actitudes en mi niña, y no. Maya marca una dirección en su creatividad que me sorprende. Por ahora lee bastante, escribe y dibuja sus experiencias en un cuaderno que le regalé con llave y guarda sus secretos. La flauta es su banda sonora personal.

Ayer hice con un ella un rito de cada Navidad. Buscarla en el cole e irnos -no a casa- sino a ver por las calles principales de Barcelona (Gran Vía, Diagonal, Aragó, Ramblas y Plaza de Catalunya, ...todas con  las luces del alumbrado navideño. 

Es impagable la ilusión en sus ojos. Ayer me dijo que nunca iba a olvidar ver las luces cada año conmigo desde el coche. 
Cuando crezca sabrá que no está obligada a cumplir esta promesa. A mí me basta con su felicidad en este presente para ser feliz con un acto tan simple como ver luces, que también me iluminan por dentro.

Paraules d'amor. Tete Montoliu y Serrat.

Amanezco en Riells de Fai con un silencio exterior que enamora al dejarme sentir el sonido del silencio que es la propia naturaleza en sí.
Debería descansar y escuchar el sueño de mi hija, pero no, soy Mussol (buho) nato. Y tras  varias lecturas me pongo a escribir y a escuchar esta canción de Serrat, que sin duda es una de las mejores escritas de mi universo sonoro;  tocada al piano y no cantada por el jazzista más grande de este país Tete Montoliu.

07 :28. Escucho a los gallos junto a la canción que seguro  van a despertar a mi hija...

Tete Montoliu era ciego,  visualmente, su visión sonora era de un dios de las teclas. Lo vi tocar en un "Festival de Jazz  Plaza de La Habana" y no podía creerlo, tampoco tenía conciencia de que era catalán.
Hoy tengo más que conciencia de catalán. tengo una hija catalana.


Joan Manuel Serrat i Tete Montoliu - Concert d'un temps d'un país" Paraules d'amor. Lector si te animas a escuchar,  solo diré que Serrat jamás imaginó que una pieza suya pudiera alguien acercarla tanto y tan bien a Thelonious Monk. Si dudas escucha el segundo corte de su LD Alone in San Francisco 1959. "Ruby my Dear." 

Que se parezcan en estilo no abarata esta versión, todo lo contrario Teté lleva a Serrat a un estado sublime que emociona.


Recibir en un año dos barras de guayaba de Miami es un lujo.

La felicidad en el exilio se parece mucho a la nostalgia.