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jueves, 21 de abril de 2016

El músico Prince ha muerto con 57 años. Día nefasto para la música.

Sin duda,  tras Michael Jackson, Prince seguramente fue el músico más influyente para la música norteamericana en los últimos 40 años.
No vendió los millones de Michael Jackson, pero siempre hizo música para músicos, melomanos y amantes empedernidos de la música funky, mezclada con jazz y con elementos de pop, y R &B, todo para hacernos bailar diferente.
Con su muerte se va gran parte de mi vida adulta y en pareja. Las fiestas habaneras en nuestra casa de Villegas N° 7, en La Habana Vieja, Prince era esencial.
Dimos un salto cuando entró en mi vida el periodista y amigo Bruno Galindo quien lo entrevistó personalmente, cuando trabajaba para el periodico El País. Tener un amigo tan cercano que llegó hasta Prince,  es un privilegio superior.
Hoy iba a escribir sobre la Feria de Abril y el San Jordi en Barcelona, pero está noticia me supera. Me descojona en pedazos. Me viene a la cabeza cada disco que traía Gerardo a La Habana,  de sus viajes y la alegría que me dio Fito Páez en el teatro Carlos Marx, el día que me dijo a mí y a Carlos Varela en el camerino de Rosario Flores,  que siempre llevaba la música de Prince en todos sus viajes. 

Mierda de mundo llena de  dictadores y fanáticos que no se mueren y sólo piensan y destruir la vida,   y se mueren quienes la engrandecen con música. ..
No voy a decir que me quedará su música.  Yo lo quería vivo. 

Prince a Fondo:  
"Con sólo 157 centímetros de altura pero la furia de un gigante, ha alcanzado la categoría de mito viviente, casi una leyenda: productor, compositor; músico capaz de tocar cualquier instrumento excepto los de viento —la guitarra, como casi nadie en la actualidad; renovador del género de la música de baile, que no fue la misma desde su llegada; inventor de técnicas de estudio y tratamiento del sonido de las que todos estaban pendientes para copiarlas; referencia incontestable durante los años ochenta y autor de una veintena de discos de estudio y muchos más proyectos que no cristalizaron o editó bajo seudónimos…, es casi imposible reducirle a un texto introductorio como pretende ser esta entrada.


La década de los años ochenta es de fertilidad y grandes discos: Controversy (1981), con una oda a la masturbación; el doble álbum 1999 (1982), con piezas contra las armas nucleares y el sadomasoquismo; Purple Rain (1984); los sicodélicos Around the World in a Day (1985) y Parade (1986); la obra cumbre Sign ‘O’ the Times (1987) y Lovesexy (1988). Durante esta etapa no había nadie capaz de hacerle sombra a Prince, cuyos shows en directo, además, eran lo más salvaje y eléctrico de la música pop, un maridaje del sudoroso ritmo de James Brown con la amplitud astral de Jimi Hendrix.No se publicarán comentarios sin firma cuando su criterio afecta la credibilidad del post o de los comentarios de lectores. Si su autor se expone, no tiene porque recibir réplicas de ciudadanos invisibles que se esconden."

Una panadería con entramado de madera modernista. Barcelona.

El modernismo no sólo está hecho de molduras de hormigón armando. La madera tuvo en su decoración una función esencial.

No ha salido el sol, pero salió Mac Donald

Una amiga creativa y blogger de Miami, Inge, escribió esto en su muro y yo lo cogí de título del post y lo publicó con esta foto suya en su muro. 
Es una de las metáforas más exactas que puede hacerse del consumo de comida  rápida en Estados Unidos;  la metafora en su esencia misma: propiamente un ‘traslado’, ‘desplazamiento’; derivado de metapheró ‘yo transporto’.
El doble lomo de la M en amarillo resalta sobre manera en esta zona de 'baja'  arquitectura y perfil citadino. Recuerda claramente las iglesias de aguja de la campiña francesa o italiana. Donde siempre el punto más alto del pueblo era la religión, con su cruz y campana. .¿Mac Donald lo es? En este caso al menos sí.