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lunes, 10 de agosto de 2015

Selfie con Joyce en Nice.

Nice está plagado de placas de escritores y pintores que pasaron por aquí, por lo que sus obras están asociadas a este espacio. 
Saber que también Joyce estuvo escribiendo en el Hotel Suisse en Nice, a cien metros de donde me baño cada día con mi hija es una noticia agradable... Aquí según reza la placa comenzó a escribir su segunda novela "Finnegans Wake" que no he leído nunca. Sí sus cuentos, Dublineses traducidos poe Guillermo Cabrera Infante, su Ulises,  y las cartas a Norma B, la versión censurada y la sin censuras con un erotismo que roza el porno escatologico. No obstante, me marcó mucho antes que todo estos estos libros de él,  su novela "Retrato de un artista adolescente."
Yo no me considero  lector de "Ulises," de Joyce. Es un libro que junto a "Paradiso" de Lezama Lima, nunca está lejos de las cabecera de las camas que he dormido en cada país y ciudad donde he vivido.  Mi último libro no se llama "Síndrome de Ulises" por azar. 
Joyce estuvo  en Nice en 1922. Henri Matisse comenzó a vivir aquí a solo trescientos metros en 1921 y estuvo hasta 1938 muy cerca. Sólo pensar que pudieron cruzarse y hablar me hace feliz...
No sé si se vieron pero colaboración hubo: " En 1935, la editorial estadounidense George Macey ofreció el gran Henri Matisse $ 5.000 para crear tantos aguafuertes como este presupuesto proporcionaría una edición ilustrada especial de Ulises . Joyce estaba encantado de que un artista de la talla de Matisse ilustraría su obra maestra, pero preocupaba el escritor que  en realidad los aguafuertes impidieran leer el libro."

Antibes:

Antibes es uno de los rincones obligatorios de la Costa Azul. Tuve tal "chute" cultural en las últimas vacaciones en Nice, que Antibes se me quedó para recordarla en Invierno.
El mercado de Antibes debería ser obligatorio. 
Estuve pegado al mar en la casa donde vivió Picasso.




















Mujer anónima -de revista- en la acera de Cannes. Moda en la Costa Azul.

Cuando miras revistas de moda siempre dudas si hay personas que son capaces de igualar esa vida  y sus efectos en la diaria cotidianidad. Quizás porque tu vida no pasa por la vida que exige llevar estos atributos.

No es un secreto que me gusta la moda. Y en este contexto de Cannes, las zapatillas negras, sin apenas zuela, con la blusa sin mangas y corta, que deja ver el ombligo. Resaltan muy bien el rojo de la falda y el color arena del sombrero.

Un look perfecto para este  agosto en la costa azul de la Rivera francesa. Me gusta mucho que en toda la costa azul el sombrero en todas sus variantes, es un complemento muy habitual en mujeres, hombres y niños.

Barceloneta arte... Me traje no solo al Barça en una pulsera a la Provence.


En un pantalón corto, encuentro una postal de lla barceloneta sobre un mantel individual, que me gustó hace unos días en Barcelona. Siempre hay signos físicos y vitales de tu lugar de pertenencia que buscan la forma de recordarte de donde vienes. Mi niña, dijo: ¡Papá Barceloneta!  Con un brillo en sus ojos muy especial. Sólo llevamos cinco días fuera...