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jueves, 10 de marzo de 2011

Centro de atención al emigrante: Síndrome de Ulises



-Quiero suicidarme.
-¿Qué motivos tienes?
-Esto no es lo que esperaba.
-¿Lo que esperabas o lo que soñabas?
-Trabajo más que en mi país natal, en algo que no me gusta, más bien detesto, y solo me da para sobrevivir.
-¿Sabes que más de la mitad de la población nacida aquí está como tú y no han atravesado el Atlántico?
-No
-¿Alguien te dijo que vinieras?
-No.
¿Estabas mejor en tu país?
No.
-¿Sabes que tu futuro es el presente cotidiano de la gente? ¿Has vuelto?
-No.
-¿Te quieres volver?
-No
-¿Sabes que todos tenemos ese estrés de sueños no resueltos:
con FACTURAS Y VIDA como primera necesidad?
-¿Y qué hacen?
ASUMIRLO. Sabiendo que la solución de la realidad se construye con pasos muy pequeños.
-¿Cómo?
-Soy psicólogo, no mago.

Hace diez años cuando escribí este texto, había visto una película francesa Odio, de Mathieu Kassovitz, donde el protagonista, un emigrante árabe, se suicidaba tirándose de un balcón de un edificio en las afueras de París, mientras caía iba pensado, el problema no está en la caída, sino en el aterrizaje/ el problema no está en la caída, sino en el aterrizaje/ el problema no está en la caída, sino en el aterrizaje...