El primer piso que alquilé en la capital de Andalucía, Sevilla, estaba situado en la plaza de San Lorenzo, justo a menos de cincuenta metros de donde nació Gustavo Adolfo Bécquer. Cuando me di cuenta de esta coincidencia, asumí que la poesía une a los poetas grandes con otros autores menores como yo. Muy cerca estaba también la casa de su enamorada a quien él solo veía desde la calle, a través de la ventana, con lo que se prueba que el voyeurismo poético era una conducta que asumían algunos poetas románticos del siglo XIX:
Hoy he pasado. La puerta estaba abierta, y en la ventana de la derecha se notaba la cortina levantada como si alguna persona estuviera mirando: ya es bastante entrada la noche, por lo cual no pude distinguir quién era, por lo que me paré en la esquina mirando…Gustavo Adolfo Bécquer. Diarios, jueves 26 de febrero de 1852.
Pero donde el poeta sevillano, hijo de emigrantes holandeses, dejó de ser poesía para convertirse en vida, fue en el monumento en su homenaje, en el parque de María Luisa. Quería hacer unas fotos al conjunto mientras un señor de casi ochenta años esperaba con paciencia a que yo terminara mi faena; al darme cuenta de que él esperaba le pido disculpas, y él me dice que no hacía falta, que siguiera haciéndole fotos a las musas junto a mi musa.
Él me miró y me dijo, la mía está ahí, y señaló un lugar del árbol que rodean las esculturas. Me quedé impactado y asombrado, él me dijo, -Sí, a mi mujer le encantaba Bécquer, y por eso traje sus cenizas y leo aquí sus poemas, en este silencio, por las mañanas antes de que lleguen los turistas.
Me di cuenta de que no hablaba con un señor anónimo, que éste tenía que ser Bécquer, reencarnado, criado en la poética del polvo serán, mas polvo enamorado; solo alguien que toma un verso así, al pie de la letra para traerlo a la vida puede tener el estoicismo de venir cada día a hablar con el polvo de su mujer.
Luego advertí que toda esta zona en Sevilla era mágica y trascendente, a solo unos pasos, en la Plaza de España, Georges Lucas había filmado una escena de su remake de la Guerra de las Galaxias y a unos doscientos metros había trabajado la cigarrera Carmen, que inspiró la famosa ópera francesa de Bizet.
Yo, en esa época, no tenía permiso de residencia en España y estaba muy jodido con ese tema, pero un día después, el escritor Jesús Díaz me había escrito por email para que le enviara textos sobre música cubana que los publicaría en la web de Encuentro de la Cultura Cubana, pensé que desde algún lugar los poetas emigrantes tienden lazos a los aspirantes.
a Guti, que ha hecho de su vida en Sevilla
un poema de diseño con su familia y amigos
Muy lindo Arse. Conforta en medio de este friecito miamense.
ResponderEliminarMaria Cristina Fernández
Querido amigo, me alegraste el día gris (como el año…), lo llenaste de colores y sabores… que suertudo es uno, que te tiene por amigo tan cercano (la distacia, como el tiempo, es una falacia). Gracias, Arsenio, estoy deseando abrazar tu negro cuerpo.
ResponderEliminarq suerte conocer a ese senor anonimo en ese lugar! esas son las grandes historias!
ResponderEliminarJoder, este negro tiene futuro, cada dia escribes mejor, felicidades broher muy bonito todo.
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