Entrevista al Pastor Bautista amigo personal de Juan Wilfredo Soto García. Un valioso texto que aclara con detalle ¿que pasó?
Radio Nederland entrevista a Mario Félix Lleonart.
Alejandro Pintamalli.- Sr. Lleonart, ¿qué le dijo y cómo encontró Ud. a Juan Wilfredo Soto?
ML.-Yo no sabría decirle si él venía directamente del parque o de la comisaría. Yo lo que puedo decir es que él se estaba trasladando, él mismo en ese bici-taxi, él solo, no estaba bajo ninguna custodia policial ni nada por el estilo, él no me precisó si del parque lo habían llevado a una comisaría, es muy posible porque hay una comisaría cerca del parque, es probable, pero yo no podría darle el detalle si él venía directamente del parque o de la comisaría. Pienso que haya sido de la comisaría porque no encuentro lógico que lo hayan dejado libre en el momento, lo único que puedo decir es que a lo que él me hizo referencia es que unos minutos antes había sido víctima de la golpiza en el parque.
ML.- Sí, yo estaba muy al tanto de los problemas de salud de Juan Wilfredo Soto. Además de ser su amigo y líder espiritual ya que también soy pastor bautista, estaba muy preocupado por sus problemas de salud e incluso poseía un resumen de la historia clínica de Juan Wilfredo porque yo estaba ayudándole en tratar de conseguir algunos medicamentes para sus fuertes padecimientos, de hipertensión, problemas del corazón, padecía también de gota y de diabetes melitus tipo 2, pero hasta el momento nunca se había dado nada al páncreas. Era un hombre enfermo, pero estoy convencido de que lo que promovió su muerte fue sencillamente la paliza que le dieron, la confirmación para mí de que recibió una fuerte paliza fue que murió el sábado en la noche.
ML.- Conocí a Juan Wilfredo Soto el año pasado cuando el Sr. Guillermo Fariñas se encontraba en huelga de hambre. Yo con mi trabajo pastoral iba al hospital, iba a visitar a Guillermo Fariñas muy preocupado por aquella situación, llorando para que tuviera un fin afortunado, como gracias a Dios finalmente tuvo ya que los 75 presos ya están excarcelados y Guillermo Fariñas no murió en el intento, como se suponía. Ahí conocí yo a Juan Wilfredo, porque cada vez que yo me trasladaba al hospital este hombre estaba ahí, fielmente en el hospital tratando de cuidar a su amigo Guillermo Fariñas, haciendo como una guardia constante. Me llamaba mucho la atención porque este hombre se veía muy enfermo, muy hinchadas sus piernas, evidentemente era un amigo muy fiel de Guillermo Fariñas. Allí entablé una relación de amistad con él ya que me llamó poderosamente la atención cómo él siendo un hombre enfermo sin embargo estaba tan al tanto de su amigo Guillermo Fariñas. A partir de ahí nace esa amistad donde, le preciso, yo tenía una preocupación de índole espiritual en primer lugar por Juan Wilfredo por mi fe cristiana, pero también una preocupación por su salud física al punto de que yo había tomado una copia de su historia clínica para enviarla a pastores amigos en el exterior para que me enviasen medicamentos. Por eso puedo decir que estaba muy al tanto de su salud, muy deplorable, de eso no cabe duda alguna aunque hasta el momento en su historia clínica no había ninguna referencia a algún padecimiento del páncreas, sí del corazón, de gota, de diabetes, de hipertensión pero hasta el momento no había nada del páncreas. Lo que considero es que aunque la salud de Juan Wilfredo era delicada, precisamente por ser una salud delicada esa golpiza fue la que lo llevó a la muerte, es lo más lógico.
ML.- Yo pienso, quiero pensar, que por supuesto los agentes que le golpearon desconocían que Juan Wilfredo tenía una salud tan deplorable. Quien viera a Juan Wilfredo no podía pensar que estaba tan quebrantado de su salud, porque Juan Wilfredo era un hombre corpulento, grande, aparentemente fuerte, y tal vez ellos basados en lo que veían sus ojos pensaron que este hombre podía soportar perfectamente una golpiza a la que están acostumbrados ya, porque hay que decir que aquí lo excepcional es que Juan Wilfredo murió pero esas golpizas no son excepcionales, ellos están acostumbrados a dar a muchas personas. Precisamente yo como pastor he estado condenando todo este tipo de golpizas, quien revise mi blog ‘Cubano confesante’ o mi cuenta en Twitter se dará cuenta que manifiesto constantemente esta preocupación por la violencia que está teniendo lugar en nuestras calles, y que considero que el general Raúl Castro promovió en su discurso al VI Congreso del Partido cuando él dice que lo que nunca van a negar será el derecho al pueblo a defender a su revolución en las calles y plazas. Yo entiendo eso como que él está diciendo que cualquier persona que quiera golpear o incluso matar a otra en la calle porque considere que está atentando contra la revolución, él como gobernante no le va a negar ese derecho, lo cual considero sumamente injusto porque los gobernantes deben estar para velar por la ley y el orden y no para suscitar precisamente lo contrario.
ML.- Juan Wilfredo iba tan adolorido en aquel momento del jueves que él sólo me precisó cuando yo le pregunté “pero ¿y esa golpiza?”, él me dijo “porque yo protesté y reclamé mis derechos allí en el parque”. En esos momentos la prioridad era su dolor físico, y por lo tanto él se detiene para pedirme que yo llame a sus familiares y amigos para que se dirijan al hospital, pero no se detiene para darme todos los detalles como consecuencia del dolor que él llevaba. Ayer en el funeral muchas personas cuentan allí qué fue lo que sucedió. Resulta que un policía le dice a Juan Wilfredo que tiene que marcharse del lugar donde él estaba de pie, en los bajos del cine frente al parque de Santa Clara y Juan Wilfredo se niega, dice “Yo soy un hombre libre, este es un lugar público, yo no tengo que moverme de aquí”. Cuando él da esta respuesta, el policía llama a otro policía y acuden a la violencia. De sobras sé por el tiempo que llevaba conociéndolo que Juan Wilfredo tiene entre sus presupuestos la no violencia, es un hombre que estaba en contra de la violencia, por lo tanto no creo jamás que Juan Wilfredo haya sido violento contra estos agentes del orden. Él simplemente se negó a marcharse aludiendo a su libertad como ciudadano y estos hombres arremetieron contra él con violencia. Lo esposaron y lo golpearon fuertemente, sobre todo por la espalda, con esos instrumentos que nosotros llamamos “tonfas”, que son los bastones que ellos portan.
Mario Félix Lleonart.- En la mañana del pasado jueves, yo me encontraba acompañando a un familiar en el hospital oncológico de Santa Clara, y hay un momento en que yo salgo con mi familiar a la calle y en ese momento va pasando frente al hospital Juan Wilfredo, él iba montado en lo que en Cuba llamamos un bici-taxi y se dirigía hacia el hospital donde él iba a ser atendido, que es otro hospital, no al oncológico donde yo estaba. Cuando él me divisa, detiene la marcha del bici taxi y se acerca muy agitado y me dice, evidentemente sumamente adolorido, que había sido víctima hacía dos minutos de una golpiza muy fuerte en el parque de Santa Clara, que unos policías lo habían golpeado y que sobre todo le dolía mucho la espalda porque lo habían golpeado con lo que nosotros llamamos “tonfas”, que son una especie de bastones que tiene la policía; él estaba muy adolorido y en ese momento corría rumbo al hospital buscando ayuda. Yo lamentablemente no pude acompañarlo al hospital y eso hoy me pesa muchísimo, ya que yo me encontraba acompañando a un familiar, pero él me pidió por lo menos que llamara a sus amigos y a su familia y les dijera que él iba rumbo al hospital para que fueran a ayudarle. Hice otra cosa adicionalmente, yo tengo una cuenta en Twitter en la cual escribo directamente desde mi celular, únicamente para ocasiones muy urgentes como era este caso. Posiblemente la primera noticia de Juan Wilfredo, si Uds. se fijan, tal vez sería la primera referencia aunque lejos estaba yo de imaginarme que esa golpiza daría como resultado la muerte de Juan Wilfredo.
AP.- La información que nos llega es bastante confusa, se habla de que él es detenido, al momento de la detención hay testigos que dicen haber visto una golpiza, ¿esto habría ocurrido al momento de la detención y luego es trasladado al hospital o lo trasladan cuando ya había sido detenido desde la Comisaría?
ML.-Yo no sabría decirle si él venía directamente del parque o de la comisaría. Yo lo que puedo decir es que él se estaba trasladando, él mismo en ese bici-taxi, él solo, no estaba bajo ninguna custodia policial ni nada por el estilo, él no me precisó si del parque lo habían llevado a una comisaría, es muy posible porque hay una comisaría cerca del parque, es probable, pero yo no podría darle el detalle si él venía directamente del parque o de la comisaría. Pienso que haya sido de la comisaría porque no encuentro lógico que lo hayan dejado libre en el momento, lo único que puedo decir es que a lo que él me hizo referencia es que unos minutos antes había sido víctima de la golpiza en el parque.
AP.- Ud. debe estar al tanto también que hubo la referencia de un médico quien dice haber descartado los signos de violencia y haber atribuido su muerte a una pancreatitis. En cualquier caso, ¿Ud. estaba al tanto de los problemas de salud de Juan Wilfredo Soto?
ML.- Sí, yo estaba muy al tanto de los problemas de salud de Juan Wilfredo Soto. Además de ser su amigo y líder espiritual ya que también soy pastor bautista, estaba muy preocupado por sus problemas de salud e incluso poseía un resumen de la historia clínica de Juan Wilfredo porque yo estaba ayudándole en tratar de conseguir algunos medicamentes para sus fuertes padecimientos, de hipertensión, problemas del corazón, padecía también de gota y de diabetes melitus tipo 2, pero hasta el momento nunca se había dado nada al páncreas. Era un hombre enfermo, pero estoy convencido de que lo que promovió su muerte fue sencillamente la paliza que le dieron, la confirmación para mí de que recibió una fuerte paliza fue que murió el sábado en la noche.
AP.- Ud. lo conocía y era amigo, ¿quién era Juan Wilfredo Soto y qué tipo de actividad desarrollaba?
ML.- Conocí a Juan Wilfredo Soto el año pasado cuando el Sr. Guillermo Fariñas se encontraba en huelga de hambre. Yo con mi trabajo pastoral iba al hospital, iba a visitar a Guillermo Fariñas muy preocupado por aquella situación, llorando para que tuviera un fin afortunado, como gracias a Dios finalmente tuvo ya que los 75 presos ya están excarcelados y Guillermo Fariñas no murió en el intento, como se suponía. Ahí conocí yo a Juan Wilfredo, porque cada vez que yo me trasladaba al hospital este hombre estaba ahí, fielmente en el hospital tratando de cuidar a su amigo Guillermo Fariñas, haciendo como una guardia constante. Me llamaba mucho la atención porque este hombre se veía muy enfermo, muy hinchadas sus piernas, evidentemente era un amigo muy fiel de Guillermo Fariñas. Allí entablé una relación de amistad con él ya que me llamó poderosamente la atención cómo él siendo un hombre enfermo sin embargo estaba tan al tanto de su amigo Guillermo Fariñas. A partir de ahí nace esa amistad donde, le preciso, yo tenía una preocupación de índole espiritual en primer lugar por Juan Wilfredo por mi fe cristiana, pero también una preocupación por su salud física al punto de que yo había tomado una copia de su historia clínica para enviarla a pastores amigos en el exterior para que me enviasen medicamentos. Por eso puedo decir que estaba muy al tanto de su salud, muy deplorable, de eso no cabe duda alguna aunque hasta el momento en su historia clínica no había ninguna referencia a algún padecimiento del páncreas, sí del corazón, de gota, de diabetes, de hipertensión pero hasta el momento no había nada del páncreas. Lo que considero es que aunque la salud de Juan Wilfredo era delicada, precisamente por ser una salud delicada esa golpiza fue la que lo llevó a la muerte, es lo más lógico.
AP.- Ud. no sabe en todo caso si quienes le propinaron esa golpiza estaban al tanto de la situación de salud grave que padecía Juan Wilfredo Soto. ¿Ha podido saber el por qué de esa golpiza en todo caso?
ML.- Yo pienso, quiero pensar, que por supuesto los agentes que le golpearon desconocían que Juan Wilfredo tenía una salud tan deplorable. Quien viera a Juan Wilfredo no podía pensar que estaba tan quebrantado de su salud, porque Juan Wilfredo era un hombre corpulento, grande, aparentemente fuerte, y tal vez ellos basados en lo que veían sus ojos pensaron que este hombre podía soportar perfectamente una golpiza a la que están acostumbrados ya, porque hay que decir que aquí lo excepcional es que Juan Wilfredo murió pero esas golpizas no son excepcionales, ellos están acostumbrados a dar a muchas personas. Precisamente yo como pastor he estado condenando todo este tipo de golpizas, quien revise mi blog ‘Cubano confesante’ o mi cuenta en Twitter se dará cuenta que manifiesto constantemente esta preocupación por la violencia que está teniendo lugar en nuestras calles, y que considero que el general Raúl Castro promovió en su discurso al VI Congreso del Partido cuando él dice que lo que nunca van a negar será el derecho al pueblo a defender a su revolución en las calles y plazas. Yo entiendo eso como que él está diciendo que cualquier persona que quiera golpear o incluso matar a otra en la calle porque considere que está atentando contra la revolución, él como gobernante no le va a negar ese derecho, lo cual considero sumamente injusto porque los gobernantes deben estar para velar por la ley y el orden y no para suscitar precisamente lo contrario.
Yo creo que los guardias hicieron lo que estaban acostumbrados a hacer y quiero pensar que esos policías no conocían el estado de salud de Juan Wilfredo, no lo habrían golpeado como lo golpearon. Según las referencias, a él lo esposan, le golpean en sus piernas esposado ya con esos bastones que aquí en Cuba llamamos “tonfas”, él cae de rodillas y entonces le empiezan a golpear de una manera muy fuerte en su espalda. Yo no pude ver eso, eso son referencias que me dan las personas posteriormente, sobre todo hablando en el funeral, lo que sí puedo decir es que Juan Wilfredo cuando va pasando frente a mí y se detiene muy adolorido, me comenta de esa fuerte golpiza. No pensé que esa golpiza fuera a traer su muerte, de lo contrario yo habría hasta dejado el familiar que yo estaba acompañando a que me esperara y hubiera ido con él hasta el hospital. Ahora me pesa muchísimo en mi conciencia no haberme montado con él en el bici-taxi pero repito estuve en una situación muy difícil porque estaba entre mi familiar y Juan Wilfredo. Este hombre, aunque no me mostró la espalda, sí en sus ojos, en su cara, en sus facciones iba totalmente adolorido. El familiar que yo estaba acompañando también lo escuchó y se quedó sumamente conmocionado por esto. Ayer precisamente hablando yo con mi familiar, me dijo que había dicho “Me han matado”, yo esta frase no la recordaba pero parece que sí, que posiblemente me la dijo pero lo único que yo no la interpreté literalmente, pero ahora entiendo que literalmente Juan Wilfredo me estaba diciendo, “me han matado”.
AP.- Ud. asistió también al funeral, ¿allí se pudo saber con más precisión el motivo de la detención y de la golpiza, más allá de que sabemos que forma parte de la disidencia, era muy cercano a Fariñas, pero pudo saber el por qué?
ML.- Juan Wilfredo iba tan adolorido en aquel momento del jueves que él sólo me precisó cuando yo le pregunté “pero ¿y esa golpiza?”, él me dijo “porque yo protesté y reclamé mis derechos allí en el parque”. En esos momentos la prioridad era su dolor físico, y por lo tanto él se detiene para pedirme que yo llame a sus familiares y amigos para que se dirijan al hospital, pero no se detiene para darme todos los detalles como consecuencia del dolor que él llevaba. Ayer en el funeral muchas personas cuentan allí qué fue lo que sucedió. Resulta que un policía le dice a Juan Wilfredo que tiene que marcharse del lugar donde él estaba de pie, en los bajos del cine frente al parque de Santa Clara y Juan Wilfredo se niega, dice “Yo soy un hombre libre, este es un lugar público, yo no tengo que moverme de aquí”. Cuando él da esta respuesta, el policía llama a otro policía y acuden a la violencia. De sobras sé por el tiempo que llevaba conociéndolo que Juan Wilfredo tiene entre sus presupuestos la no violencia, es un hombre que estaba en contra de la violencia, por lo tanto no creo jamás que Juan Wilfredo haya sido violento contra estos agentes del orden. Él simplemente se negó a marcharse aludiendo a su libertad como ciudadano y estos hombres arremetieron contra él con violencia. Lo esposaron y lo golpearon fuertemente, sobre todo por la espalda, con esos instrumentos que nosotros llamamos “tonfas”, que son los bastones que ellos portan.
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