Mi vida sexual con Donna Summer no se acabará nunca.

Antes de que los Drag Queen y el Mundo Gay, se apropiaran de la música de Donna Summer, hubo millones de adolescentes en el mundo que a fines de los años setenta  escuchamos una voz negra y sensual fingiendo orgasmos continuamente en Love to love you baby. La revista Times determinó que eran 22 orgasmos ¿reales o falsos? Quienes tuvimos la suerte de bailar en discotecas y fiestas, después de las 12 de la noche, esa música nueva, con las novias o conocidas de la época nos pareció la banda sonora ideal para el desarrollo de nuestra sexualidad. Aún no existía Internet y en Cuba, además, estaba (está) prohibida la venta de revistas eróticas ni teníamos idea de la existencia de las Salas X; recuerdo que  Javier, un amigo mío, fue expulsado de la escuela por dibujar una mujer desnuda y mostrarla a los amigos en la clase. A muchos, estos gemidos orgiásticos nos cambió para siempre el sentido de la erección tradicional. Hasta ese momento, ninguna cantante de pop se había atrevido a tanto en EE.UU., y por eso, Love to love you baby, fue censurada y fue en Europa donde alzó vuelo. 



A Summer a quien todos llaman  la reina del disco, también fue reina del pop, antes que Rihanna,  Beyoncé o Lady Gaga, incluso, que Madonna, Donna llegó antes. Las provocaciones y proyecciones de estos ídolos actuales tienen un camino claro marcado por Donna Summer en los setenta.  Love to love you baby (1975), fue el primer maxi-single que sobrepasaba los standards, duraba 17 minutos.

No hay que olvidar que Donna no tuvo la exclusiva de hacer una canción con tanto morbo,  supo asimilar la libertad y, con estilo, se dejó, quizá, influenciar por Serge Gainsbourg y Jane Birkin, quienes en 1969, grabaron Je t´aime...  moi non plus, donde Jane en su canción, está al borde del orgasmo y en el orgasmo mismo en pareja; Donna Summer había estado girando y viviendo en Europa desde el 1969 y hasta el 1975. Los productores de Love to love you baby cuentan que fue ella quien insistió en incluir los gemidos y subir la temperatura erótica onanista.

Hace unos días, le dije a mi cuñada Aissa, al verle el cabello ondulado, tienes el pelo igual que Donna Summer y ella me contestó que no sabía quién era pero que ya se lo habían dicho dos colegas del trabajo, trabaja en Miami.  La edad no le permite saber quien era esta cantante extraordinaria, porque Donna, en vez de instalarse en el escándalo permanente para alcanzar el éxito, tras arrasar en Europa y EE.UU. con su sexual canción, prefirió grabar temas menos escandalosos pero de factura de baile muy alta, con los que alcanzó a ganar varios premios Grammys y vender alrededor de cien millones de discos.  Luego, como muchos otros, escapando de las drogas, tuvo la llamada de la predicación cristiana y se apagó lentamente de los medios.

De las dos fotos que ilustran este post, me quedo con esta última, quizás porque me recuerda la fiesta de 15 años de mi hermana Cecilia, tan negra y bella como Donna. La negritud cubana veía en Donna, además, un icono estético y las chicas jóvenes negras repetían las mismas fotos que ella en las fiestas cubanas. A pesar de que en la escuela, por escuchar esta música, a algunos nos grabaron con tinta  el expediente académico las fatídicas palabras: diversionismo ideológico, e.g., amante de toda la música y moda norteamericana. Ellos no sabían que solo me hacían tomar posición por un mundo que continuaría  con Comodoros, Earth, Wind and Fire, Iron Butterfly, Chicago, Blood, sweat and tears, Steve Wonder o Michael Jackson, no obstante, antes que ellos, Donna Summer fue el centro.

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foto superior.artrepublic.

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