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jueves, 19 de julio de 2012

Política de humillación del Estado cubano a deportistas juniors en Barcelona


Pedro Pichardo Oro en Triple salto en Mundial Junior 2012, Barcelona

El pasado fin de semana se celebró en Barcelona el Mundial Junior de Atletismo 2012,  donde participaron deportistas cubanos, quienes quedaron en 4to lugar con tres medallas de oro y una de bronce. Varios amigos residentes acá fueron a apoyar (e intentar saludar) a los juveniles de allá con total desinterés, solo por el hecho de ser compatriotas.
Una vez más, tropezaron con las medidas estrictas de aislamiento vejatorio, que refleja la falta de derechos civiles a que someten a los deportistas cubanos que residen en la isla. No es la primera vez, ya pasó en un partido de béisbol hace un tiempo.
El público no pudo saludarlos directamente, ni acercarse a ellos para regalarles alguna tontería, mientras todos los demás deportistas después que competían, o antes, sí podían mezclarse; ellos no pudieron ni intercambiar libremente experiencias con los asistentes, solo con los que podían entrar en el recinto como deportistas.
El extremo de esta miseria se materializa en que uno de los residentes en Barcelona, debía entregar una medicina a uno de los deportistas que competía. Hecho que tuvo comunicar el
joven atleta a la jefatura de la Delegación cubana. No obstante, al obtener el permiso del entrenador-policía para recibir la medicina comprada aquí, para un familiar de allá, mi amigo intentó comprarle refrescos, palomitas de maíz, y el chico le dijo que no, que no podían recibir regalos, si los demás no lo recibían, que no iba a comer algo, si los otros no estaban comiendo, no les estaba permitido. Entonces el cubano que vive en Barcelona, decidió comprar palomitas de maíz y refrescos para todos.
Quizá lo normal hubiese sido pasearlo un rato por Barcelona para enseñarle la ciudad como luego hicieron los deportistas africanos y latinoamericanos.
 Sé que pasa con bailarines, deportistas y con muchos de los que salen en grupos de Cuba, a quienes a su vez les retiran el pasaporte, les dan una copia (en algunos casos) y están vigilados como criminales de forma permanente. Sé que es el trato que acostumbra aquella dictadura a ofrecerle a los ciudadanos de cualquier edad nacidos allí, pero porque sea costumbre maléfica no debemos quedarnos callados.

1 comentario:

  1. Sólo un detalle, el amigo quería comprarle un bocadillo o algo similar y como el deportista le dijo que no podía estar comiendo él sólo delante de los demás fue que el amigo decidió comprar un tambuchón de rositas para todos y un refresco para él.
    Los pobres, siempre sintiendo en sus carnes un trato desigual y represivo pero para ellos es la única vía de poder viajar a competir y, en ocasiones, quedarse.

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