Manu Chao me retrató brutal y excelente cuando escribió "Clandestino." Viví en La Habana su éxito con ese disco, en 1998, pero allí lo disfruté de forma intelectual y como musicólogo, sin saber que era sentir en la piel ser un emigrante sin papeles en la vida real. Lo viví gracias al novelista y amigo Bruno Galindo que me llevó su disco. Hoy sé que quizás Bruno -que había recorrido en tren con Manu Chau y su padre Ramon Chao toda Colombia como periodista- no solo pensaba que Manu era bueno, que lo era, sino me intentaba alertar de que irse duele, de que irse corta la respiración, que reconstruirse en el exilio cuesta "un huevo y la mitad del otro," que debes tener a demás de escrotos, "un par de ovarios capacitados para resistir el drama personal al que te enfrentas." Eso me pasó en La Habana. Cuando me fui en 1999 hacia Bahamas y luego París, no sabia que estaría hasta septiembre del 2001 sin documentos, sin papeles como los protagonistas a quienes le cantaba Manu, sin poder volver a mi soñada París desde Sevilla donde me había instalado. Yo que cantaba a todo grito en La Habana Vieja junto a mis amigos "Clandestino" era en Sevilla un clandestino visible en la ciudad pero sin papeles legales.... Alli volví a escuchar a Manu Chao y me rajaba en dos sus textos...
"Solo voy con mi pena
Sola va mi condena
Correr es mi destino
Para burlar la ley
Sola va mi condena
Correr es mi destino
Para burlar la ley
Perdido en el corazón
De la grande babylon
Me dicen el clandestino
Por no llevar papel"
De la grande babylon
Me dicen el clandestino
Por no llevar papel"
La inteligencia de esta canción quizás sea la economía musical. Es un rasgueo regge de una simple guitarra muy leve, en un solo acorde, pero él lo canta con una dicción muy transparente y no habla solo de los emigrantes americanos, también se centra en África, con lo cual hizo un himno válido en todas direcciones en Occidente.
Ironías de la vida me vengo a vivir a Barcelona con residencia europea flamante en 2002, y lo primero que me encuentro es a Manu Chao con una novia y un bar en un carrer del Gótico barcelonés. Una amiga de esa época entró a su bar y encontró cartas de sus fans dirigidas a él.
Aquí el relajó su mensaje revolucionario y social después de forrarse con la venta de sus discos y ser número uno entre la juventud alternativa y okupas de Francia, España, Italia, Alemania y Londres, aunque sacó una rumba adorable a Barcelona y una pieza que el metro de Barcelona usó en una campaña, "Me gustas tú." Dejó de ser "aquel" pero sus canciones siguen cantadas, grabadas y repetidas y señaló sin duda un camino músical de seguir mirando los ritmos latinoamericanos folklóricos poco escuchados.
En estos días (José Manuel Arturo Tomás Chao Ortega: Manu Chao, francés de padres españoles ) tocará gratis él 18 de octubre. Y volveré a encontrarme con mis fantasmas cuando cante algo de aquel retrato clandestino que fui.
Es increíble cientos de miles de españoles que bailaron como yo hace 16 años a Manu Chau aquí, no sabían que ellos o sus familiares hoy estarían emigrando América, Londres o Berlín con papeles, pero solos con su pena...
"Mano negra clandestina
Peruano clandestino
Africano clandestino
Marihuana ilegal"
Peruano clandestino
Africano clandestino
Marihuana ilegal"
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