Regresamos y mi niña se le aguan los ojos por el primo que no verá en un tiempo. Y se pone feliz cuando piensa en su reencuentro con su madre que fue de Luz al verla en la sala de espera en el aeropuerto del Prat.
Vivimos entre pasado y presente. Vivimos y venimos sabiendo que algo nos quedará de esa trayectoria que aplauda la emoción del conocimiento.
Haber sido feliz es una prueba de acierto.
páginas vistas
viernes, 14 de agosto de 2015
Recuerdos sobre un ala donde cae el sol...
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario