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martes, 14 de junio de 2016

Una visita al Zoo de Barcelona con mi niña.

Cualquier salida con nuestros hijos es una iluminación y un tópico que repito cada cierto tiempo. Entrar en un zoo, es un contexto diferente a una expo, conciertos u obras teatros que disfrutamos juntos.
El zoo de Barcelona, tiene la peculiaridad de que los pavos reales están por todo el recorrido y su cercanía es real.
Comer o hacer picnic con ensalada griega, gazpacho y fuet, con el rugido de los leones y teniendo de frente a un oso hormiguero y una nutria. Es realmente relajador, pues la banda sonora de tantos tipos de pájaros reunidos allí, es descomunal. 
Ecologista: Ya sé que no es la selva  y están encerrados los pobres animales, pero yo no tengo dinero para un safari real en África. Mi safari es mi creatividad en esta ciudad de Miró, Dalí, Paúl Casal, Serrat y la adolescencia de Pablo Ruiz Picasso. 
Ella fue feliz. Yo lo siguiente. Días más tarde tuvo la puntuación máxima sobre un trabajo en el cole sobre su animal preferido: El León. Era mi objetivo. 
No obstante, toda su vida ha tenido la puntuación máxima para mi relación con la vida desde que nació: ser mi ♡ fuera del cuerpo.









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