páginas vistas

domingo, 4 de septiembre de 2016

Cala Sa Tuna en Begur: La belleza o sintonía de la felicidad.

Confieso que desde mi última visita a Menorca no había pisado una Cala, que entrará directo a la geografía favorita de mis sitios de la Costa Brava, u otros lares. La forma en que las rocas no permiten la visión directa del mediterráneo con la pequeña playa. No parece naturaleza,  es 'un abrazo de rocas' con mar de fondo.
El impacto no fue sólo mío, Floret  no conoce de Calas en España, entró al sueño con la paz de quien tiene detrás una piscina natural que filtra la transparencia del Mediterráneo. 
Ayuda que fuera el atarder.  Ayuda que antes en Begur el ruido y el bullicio de su fiesta de indianos dedicada a Cuba, te hacen querer fusionarte con el silencio zen de esta cala. Ayuda que la belleza de una piel fluya en su contexto natural.  Yo mientras el sueño de Floret encontraba su casa ideal, leía a Ruy Castro en su libro "Bossa Nova".. 
"La Bossa nova es lo más parecido que hay a una 'sintonia de la felicidad', y su historia es también la historia de una felicidad"... 
Sa Tuna, queda en mí como "una sintonía de la felicidad" donde volveré para restablecer el eco de ciertas heridas. 
Floret reescribió una metáfora en verso que resume mi texto: "Un abrazo de rocas..."



Nota...Glamour  historico de Begur

Cuando la Costa Brava compitió con la Azul y la Riviera italianaLa inauguración del lujoso hotel Cap Sa Sal en Begur llevó a la localidad de Girona a numerosas celebrities. Rock Hudson fue el primero.

Hudson vino a Begur acompañado de dos Secretarios y una muchacha. Los tres llevaban el pelo muy largo (...)". El personal y los huéspedes se quedaron sorprendidos al ver la afabilidad de aquella estrella de Hollywood que hablaba con todos, practicaba a diario esquí náutico ycuando tenía hambre a deshoras, en lugar de llamar al servicio de habitaciones, entraba en las cocinas del hotel para charlar con los profesionales de los fogones y preparar mano a mano algo para picar. Se dice que incluso aprendió a hacer unos arroces bastante razonables.

Vanity Fair. 1966.

No hay comentarios:

Publicar un comentario