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jueves, 22 de diciembre de 2016

Desde Bruselas con amor a Guillermo Cabrera Infante.

Hoy comienza el invierno. Y vaciando el Ipad en el ordenador, rito que repito antes de irme de viaje de navidad,  me encuentro con fotos de un invierno en Bruselas hace 12 años. Bruselas a la que fui guiado e instruido por los múltiples textos de Guillermo Cabrera Infante (en su Libro de las Ciudades, 1999, Alfaguara) donde Bruselas tiene hegemonía de su memoria, que no me defraudó. Más bien me encantó su "bruselosis," o sea, su cielo gris, y su vida gris llena de chocolates. Y de barrios flamencos y africanos. 
El Libro de las Ciudades de Cabrera Infante, lo he visto muy poco citado en todas partes y  para mí ha sido una guía en varias ciudades europeas antes de visitarlas y estando en ellas. Todo el mundo habla de Infante, pero él es más que sus excelentes novelas. Nunca lo conocí, pero cuando viajé allí leyéndolo y conociendo la ciudad con sus palabras, él aún vivía en Londres, murió al año siguiente, 2005. Siempre le tendré  envidia a mi amigo Radamés que pudo conocerlo en Londres y entrevistarlo. Es lo más cerca que he estado de él.
Va siendo hora de volver a Bruselas, añoro aquel bistec envuelto en chocolate que comí cerca de la Gran Place. Me gustó más que la carbonade flamande, estofado flamenco,  carne con cerveza rubia belga.
No recuerdo el nombre...aquí los restos.
























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