páginas vistas

miércoles, 5 de septiembre de 2018

Cala Binisafuller. Cerca de Binibeca, en Menorca.


«Esta era una cala estilo Zen, íntima, vaginal, húmeda, arena infinitamente blanca, agua turquesa, silencio, una casa blanca al borde del agua, parejas leyendo y parejas con niños pequeños bañándose sin peligro por la altura, mucha naturaleza que hacia función de pubis sin depilar esparcido y dispersos en una altura, y sobre todo no terminaba abierta al mar, dando un gran giro que permitía que en caso de tramontana, sus aguas se mantuvieran muy tranquilas, casi inmóviles; y si a todo esto le unes que no había un hotel gigante cerca, no hace falta más descripción».
Esto anterior lo escribí en agosto del 2012. Pasé cuatro años para encontrar algo así en la costa Brava, Cala Sa Tuna en Begur, y luego Èze en la Cotê d' Azur, en Nice. Francia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario