La noticia de la huelga de hambre de los presos políticos del procés no ha tenido el impacto esperado gracias a la victoria de la ultraderecha en las elecciones andaluzas. No obstante, el calado de la misma crecerá en la medida que los presos se mantengan firmes en su huelga. El presidente socialista Pedro Sánchez, tiene muy difícil un acercamiento al mundo independentista haga las políticas que haga.
Jordi Sànchez y Jordi Turull, diputados del PDecat y en prisión preventiva en la cárcel de Lledoners (Barcelona) por la causa del procés, comunicaron el viernes 30 de noviembre por la noche a la dirección de la cárcel, que el sábado 1 de diciembre inician una huelga de hambre indefinida. El 3 de diciembre, Joaquim Forn i Josep Rull se han unido a esta iniciativa propia de presos políticos en prisión.
Los dos internos han decidido dar el paso para denunciar que el Tribunal Constitucional ha bloqueado de forma sistemática todos los recursos de amparo que han presentado para impedir su posterior recurso a los tribunales europeos. La huelga de hambre intenta que el Tribunal Constitucional (TC) tramite los recursos suyos, los resuelva o bien los inadmita, para permitir desbloquear el camino para elevar su reivindicación al Tribunal de Derechos Humanos de Luxemburgo.
Cierto, es que tres pertenecen al PDECAT, pero el mismo viernes 30 de nov. difundieron por primera vez, una foto conjunta de todos, tanto los de Esquerra como los del PDECAT, que hace evidente que todos apoyan esta desición. Que la prensa unionista intenta ver que es otro relemento de división.
Las reacciones internacionales ya han comenzado:
"Encerrados durante más de un año sin ser condenados. El Tribunal español no trata ni siquiera su proceso para evitar que el Tribunal de Derechos Humanos pueda pronunciarse. Ahora, se ven obligados a hacer una huelga de hambre", subrayó el ministro de Defensa belga, de la Nueva Alianza Flamenca (NV-A) en su Twitter. "Ningún demócrata debería callarse sobre esto", apostilló en el mismo 'tuit.
Lo raro de esta huelga es que Jordi Sánchez ha dicho que no la harán hasta las últimas consecuencias. Que pararán cuando los médicos le indiquen. Siendo así es raro, se convierte más que en una huelga en una metáfora del procés. Que se declaró la independencia pero no se hizo nada un día después.
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