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viernes, 22 de febrero de 2019

Antonio Machado vivió ocho meses en Barcelona. Recordarlo a 80 años de su muerte en Colliure.

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Machado en la Torre Castañer


Antono Machado forma parte de mi ciclo de vida vital en Europa. Cuando dejé París por Sevilla en el año 2000. Una de mis emociones fue ver la  casa en Sevilla donde nació el poeta. Luego, cuando llegué a Barcelona dos años más tarde no tardé en ir a ver su tumba y el hotel donde murió en Colliure en Francia. Como Cervantes o Bécquer, y por diferentes causas, Machado dejó también su huella en esta ciudad que habito.

Durante la guerra civil española y ante el peligro de que Valencia quedase aislada, Antonio Machado y su familia republicana dejaron Villa Amparo y se trasladaron a Barcelona, donde tras un hospedaje provisional en el Hotel Majestic, ocuparon la finca de Torre Castanyer, confiscada por la Generalitat.


Machado tenía 62 años cuando llegó a Barcelona, procedente de Valencia. Primero se hospedó en un Majestic intervenido por el Gobierno de la República y convertido en una suerte de albergue. Más tarde, en una torre rodeada de jardines -en un 'palacio abandonado', como escribió José Bergamín a León Felipe- en la que ahora se llama plaza de Kennedy. En la ciudad coincidió también con el poeta ruso Ilia Ehrenburg, quien en su último encuentro le vio 'tan viejo como la misma España'.

Más viejo de lo que llegó, pues, Machado abandonó Barcelona el 22 de enero de 1939, cuatro días antes de que las tropas franquistas entraran por la avenida Diagonal. Con su hermano José y su madre cruzó la frontera con Francia, pero no llegó muy lejos. Ni tan sólo el misterio de su último verso, encontrado en el bolsillo de un abrigo en la habitación donde murió en Colliure, fue tal. En él brota la melancolía del exiliado y la del hombre mayor que, como cerrando un círculo, regresa a la niñez: 'Estos días felices y este sol de la infancia', escribió.

Los biógrafos del poeta sevillano, citando documentalmente al propio Machado, relatan que el lujo del lugar contrastaba con las miserias de la guerra, al no haber carbón para las estufas, ni tabaco (imprescindible para Machado), ni apenas alimentos. Allí permanecieron desde finales de mayo de 1938 hasta los primeros días del siguiente año. El pabellón de la torre de Castanyer se construyó para que el futuro rey Alfonso XIII y sus hermanas jugaran durante la inauguración de la Exposición de 1888.



La finca, propiedad de la familia Güell, no llegó a ser abandonada a pesar de diversas vicisitudes históricas. En ella se alojaron personajes como los reyes de España.

La "Torre Castanyer" es un palacete, situado en las proximidades de la plaza de la Bonanova. Con entrada por el paseo de Sant Gervasi y equilibrada fachada, ha conservado sus interiores de aspecto romántico. En el entorno de la finca se levanta un gran ejemplar de cedro y la construcción preside un barranco en fuerte desnivel y con frondosa vegetación, cruzado por un pintoresco puente. El edificio se rodea de una terraza con balaustradas y escaleras, a la que se abren las piezas más señoriales de la planta baja.



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