Desde París, una expo del Museo Orsay, reivindica la negritud a través de arte. Esta modelo en especial, es sin duda un ícono para las modelos negras... El Museo de Orsay saca del anonimato a los modelos negros del arte. La muestra "Le modèle noir" reúne obras de Manet, Géricault y otros grandes artistas para reivindicar el papel de la población negra que aparece en ellas, "Le modèle noir" reúne obras de Manet, Géricault y otros grandes artistas para reivindicar el papel de la población negra.
En medio de esta avalancha y crecimiento de partidos racistas y xenófobos en toda Europa, y E.U, donde en España que tenemos representación con VOX, en Italia con Salvini, en Francia con Le Pen en Brasil con Bolsonaro y en USA con el cabeza de plumero, los franceses planta cara a ese racismo reivindicando a través del arte la figura del negro, y su muchas representaciones, en primero o segundos planos en cuadros y fotos.
Este cuadro se llamó, Retrato de una negra cuando se exposo, hoy se llama Retrato de Madeleine de Marie Guillemine Benoist. O sea, la negra, hoy tiene nombre, aplaudo siempre la voluntad de Francia siempre ir un paso por delante de los demás países europeos en la aceptación de la negritud. Así lo manifiestan en el catálogo:
"No se trata de una exposición sobre la representación de los negros, percibidos como grupo social. Nos interesamos en el modelo, en el doble sentido de sujeto contemplado y representado por el artista pero también como portador de valores" acotan los comisarios de la muestra."
El marco temporal desborda el del Orsay (1848-1914) porque recuerda la primera abolición de la esclavitud (1794), su restablecimiento por Napoleón en 1802, la abolición definitiva en 1848, hasta el triunfo del jazz y de Joséphine Baker en el París de los años 20.
Poner nombre a los protagonistas, sí. Entre la superación de los prejuicios y la corrección política. Así nos recibe Retrato de Madeleine de Marie Guillemine Benoist. Una tela que se presentó en el Salón de 1800 con el título retrato de una negraque con el tiempo pasó a ser retrato de una mujer negra. La doméstica sigue igual de bella pero ha recuperado su nombre.
Nota sobre la pintora:Marie-Guillemine Benoist, registrada como Marie-Guillemine de Laville-Leroux (París, 18 de diciembre de 1768 – Ib., 8 de octubre de 1826), pintora francesa de estilo neoclásico, cultivó la pintura histórica y de género. Hija de un funcionario, inició su formación con Élisabeth Vigée Le Brun en 1781, pasando al taller de Jacques-Louis David en 1786, junto con su hermana Marie-Élisabeth Laville-Leroux. En 1784, conoció al poeta Charles-Albert Demoustier, quien se inspiró en ella para el personaje de Émile en su obra Lettres à Émilie sur la mythologie (1821).
Expuso por primera vez en 1791. En 1793 se casó con el banquero Pierre-Vincent Benoist. Por los mismos años comenzó a desprenderse de la influencia de David, abandonando los sujetos clásicos por la pintura de género.
Su carrera como pintora de éxito continuó en el Salón de 1800, en el que presentó su Retrato de una negra. Este retrato de una criada de su cuñado, pintado sólo seis años después de la abolición de la esclavitud, se convertirá en un manifiesto a favor de la emancipación de la mujer y las personas de raza negra. El cuadro será adquirido por Luis XVIII para el estado francés en 1818.
En 1803 Napoléon Bonaparte, en aquél momento Primer Cónsul, le encargó su retrato con destino a la ciudad de Gante, recientemente entregada a Francia por el Tratado de Lunéville. Un año más tarde recibió una medalla de oro del Salón y obtuvo una pensión gubernamental. También por entonces abrió un taller exclusivamente para mujeres a las que enseñaba pintura.
Con la Restauración, su marido el conde Benoist, monárquico convencido, fue nombrado miembro del Consejo de Estado y ella, al parecer, hubo de abandonar la pintura en la cumbre de su carrera.
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