Pedimos un cortado, un café solo y un brownie, un trozo de tarta de chocolate caliente; no me gustó su textura, pero me recordó el bistec con chocolate caliente que me comí muy cerca de la Bolsa de Bruselas con Gloria, Yara y Manolo Guirado, mientras escuchábamos Orishas en un restaurante art nouveau donde no solo puertas y techos, sino todos los complementos del mismo, que incluían espejos, colgadores de abrigos, pomos de las puertas, y hasta las bandejas donde nadaba humeante la carne con chocolate transhumeaban modernismo. La sorpresa nos la llevamos al salir, una grúa tenía lista su pinza de cangrejo para llevarse nuestro coche mal estacionado, no ocurrió y pensé que debía agradecérselo al chocolate, que agilizó la partida.
Dejo a Yara muy cerca del mar como cada día, y la veo perderse entre la gente hacia su trabajo. Ibrahim Ferrer, con orquesta incluido, comienzan a cantar en el espacio reducido de un USB su versión de Quiéreme Mucho, bolero del cubano Gonzalo Roig, de ascendencia catalana de Vilanova y la Gertrú, canción que este año cumple 100 años y que Roig vendió sus derechos por solo tres pesos de la época, lo mismo que nos costó el brownie.
foto: Un capuchino en Florencia. 2004
cortico y sabroso
ResponderEliminary cómo se corta el bife con chocolate?
Ricardo Arrieta