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jueves, 5 de abril de 2012

Introducción a la Semana Santa de Sevilla


La relación que caracteriza de una manera más profunda y general el sentido de nuestro ser es la que une la vida con la muerte, porque la limitación de nuestra existencia por la muerte es decisiva para la comprensión y la valoración de la vida.
Este párrafo anterior lo escribió AntonioTabucci para su novela Sostiene Pereira, yo lo usaré como intro de mi post sobre la Semana Santa sevillana donde las vírgenes y los Cristos se adueñan de la ciudad y toda ella se convierte en un teatro isabelino donde la muerte y la resurrección es la esencia de esta fiesta y nos recuerda aquello de que el hombre es un ser para la muerte, seamos creyentes o no.
Esto último es lo primero que le digo a las personas a las que le muestro esta semana cuando vienen a visitarme a esta ciudad donde viví los dos primeros años de mi exilio a comienzos del siglo XXI.
Este año ha sido difícil, pues el tiempo no ha acompañado. No salieron procesiones ni el lunes ni el martes, materializándose el miércoles. Eso crea en los visitantes y en los capillitas un ansia de pasión infinita que crece a medida en que se van suspendiendo los pasos por la lluvia o los nublados.
A mi sobrino y su novia, él de Madrid, ella de Normandía, tengo que explicarles desde cero los matices y códigos de esta fiesta... y pasarles el decálogo de palabras claves, Paso: la procesión que lleva al Misterio, y al Palio; Misterio: donde va el Cristo; Palio: donde va la Virgen; Costalero, quien carga sobre sus hombros al Misterio y al Palio; Nazareno, cofrades y penitentes que van en la procesión; Capataz, el encargado de guiar desde el exterior a los costaleros que no tienen visibilidad ya que van bajo el palio o el misterio cubiertos por la decoración de los mismos; a los capataces se les suele escuchar expresiones como: ¡Al cielo con ella!, que significa levantar la virgen; Cirios: las velas; Cruz de guía: cruz que suele ir al principio de cada paso; Levantá: cuando los costaleros levantan el misterio o el palio de un solo golpe, y emociona a los espectadores que observan el paso; Madrugá: es la noche del jueves santo donde salen las procesiones más importantes de la semana: La Macarena, El Cristo del Gran Poder, La Virgen de Triana, entre otros...
Tener estos elementos básicos para ver la Semana Santa sevillana es importante, sobre todo para nacidos en Cuba durante la revolución con una cultura católica completamente nula, sin dudas, clave para entender esta parte de la sociedad española, su cultura, conceptos morales y su influencia hasta en los tipos de comidas tradicionales de esta época  (bacalao, garbanzos) o dulces como rosquillas o torrijas.
Uno se hace mayor en la medida que comparte lo que más le gusta con los seres más entrañables que le rodean. Ayer, en la plaza Montesión, fundada en 1560, en pleno corazón de Sevilla, vimos pasar y saludar una procesión que iba a recogerse en su iglesia... Las luces amarillas de la plaza, los cirios, la espelma repartida por el suelo, el olor a incienso, las exclamaciones de los andaluces por la cadencia melódica del palio y el misterio, sincronizados con la banda de música, conduce a una emoción fundada -en muchos un éxtasis- que invito a ver al menos una vez.



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foto: Arkolano. Las manos y el móvil de Yara.

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