Mientras en Barcelona más de un millón de barcelonins estaremos corriendo tras los libros en las Ramblas el domingo 23 de abril del 2017. En Francia se estará jugando un partido importante para Europa. Es una lástima no poder votar. Aunque no sea determinante, sería curioso poder hacerlo.
(Frag. de la Entrevista a Thomas Guénolé publicada en La Vanguardia. Autor de "La mundialización desgraciada." Elecciones en Francia. 23 de abril 2017.)
No todos lo que votan FN son ultraderechistas y racistas…
Lo son. En eso estoy de acuerdo con Emmanuel Todd, que dice que la gente del gran sur de Francia, del Mediodía, no tiene ninguna excusa para votar al FN, porque ni viven en una zona industrialmente deprimida, ni sus ingresos son bajos, así que deben ser juzgados como lo que son: puros racistas antiárabes. Respecto al electorado del FN del norte, los obreros más pobres y precarios del norte, se podría decir que votan FN por desesperación, pero, perdone, podrían optar por la igualdad, la redistribución de riqueza y contra la finanza. Sin embargo, la mayoría prefiere golpear a quienes son más débiles, más precarios y más pobres que ellos, los emigrantes y los árabes… Hay que dejar de buscarles excusas.
¿Hay un aumento del racismo en Francia?
Se expresa con circunloquios y alusiones. En lugar de decir los “franceses de origen magrebí”, dicen “los musulmanes”, o “los emigrantes”. Dicen “el islam no es compatible con la República”, o “Francia debe defender sus raíces cristianas” en lugar de decir, “tengo un problema con la gente de origen magrebí”. Eso es racismo. Y el hecho de estar al lado de los pobres y precarios no debería impedir afear la conducta de los sectores populares racistas.
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Foto de Arsenio Rodríguez Quintana en la pirámide invertida de Pei en París en el año 2005. Uno de mis cobtinuos viajes a París. Esa otra casa.
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