Estoy en Llívia. Aunque este pueblo
del pirineo francés, pertenezca a Girona por un acuerdo. Llívia es una isla de
tierra dentro de Francia. En esa isla y su iglesia está en el patio, este
bebedero.
Soy poeta y exagerado por naturaleza,
no quiero exagerar. Pero dudo que exista en mi memoria un bebedero de agua
estilo medieval más bello que este. Aclaro, un bebedero medieval era una
soga, un cubo y un pozo. Esto no lo es, pero me gusta pensar que lo es.
Su estructura de base con varios
bloques de la antigua muralla, su cara-máscara donde sale el agua con dos
bloques más, es realmente de una solución simple y muy integrada al
paisaje.
Genial.
El detalle de poner un bloque para
que las niñas como la mía se suban, es ya un matiz sublime. No es medieval pero
su diseño engañoso así lo refleja. Me gusta ese arte de mentir en la piedra.
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