páginas vistas

sábado, 27 de agosto de 2011

El maíz de Gavá en Barcelona, cura la nostalgia del tamal

Un día escuché al cocinero Ferrán Adrià en la tele catalana que lo mejor que le había pasado a la gastronomía española, no era que existieran ellos, los cocineros de élite, sino que los mercados españoles se diversificaran con productos de consumo que demandaban  los emigrantes para sus platos nacionales. Hoy solo habría que poner un pie  en el mercado de Las Ramblas, para ver una variedad insólita de productos que no se ofertaban hace diez años: yucas, aguacates, malangas, mangos, piñas, guayaba, plátano macho, okra (quimbombó), maracuyá, lichis (mamoncillos chinos), tamarindos y un montón de frutas exóticas que ni yo conozco sus nombres… Particularmente sufría bastante -al llegar hace doce años-, cada vez que tenía gorrión por comer frituras de malanga y tener que dejarme unas tres mil pesetas por tres tristes malangas en un plástico  del Corte Inglés. La masiva llegada de latinoamericanos, asiáticos, africanos, árabes, nos facilitó recuperar gran parte de nuestro paladar nostálgico del Caribe. Entre los que no habían cubierto ese vacío nostálgico estaba el maíz para confeccionar tamales. El tamal es una comida creada en Méjico y difundida en toda América. Quiere decir envuelto en lengua Nahuatl y es uno de mis platos predilectos. En Cuba
también les llamamos hayacas; argentinos y chilenos lo conocen como humita y seguro que cada sitio lo denominará a su manera.
Salvador es un agricultor de Gavá, población de la periferia de Barcelona, que descubrió hace tres años que había una demanda intensa de maíz (no al dulce habitual que se consume acá) sino una variedad que se cultiva en el Caribe, Méjico y Sudamérica,  y él,  agricultor curioso, se empeñó en cultivar la variedad a fin de responder a las demandas.
Para felicidad nuestra, hoy comeremos tamal en hoja o en cazuela, curiosamente uno de los platos más típicos y antiguos de la cultura cubana, anterior a la llegada de los europeos, de los pocos platos que heredamos de los indocubanos. De veinte mazorcas cultivadas a pie de pista de aeropuerto, abonadas con el sonido de los aviones y asombro de los emigrantes que siguen llegando a esta ciudad y pueden ver que parte de ellos crece también por estos sembrados descubiertos por una amiga de Gavà.



foto superior: Salvador Bernardó

8 comentarios:

  1. A Patricia Menéndez le gusta esto.

    ResponderEliminar
  2. A Carmen María Saenz Coopat les gusta esto.

    ResponderEliminar
  3. Me encantó esta entrada! También soy "fan" de los tamales, aquí en Canarias, aunque caro sí que se encuentra maíz, sobre todo en verano, y aunque pagando a casi un euro por mazorca, el otro día tuvimos para hacer unos tamalitos! :-)
    Canarias funciona como un puente intermedio, y cada vez se cultivan por acá más aguacates, piñas, papayas... que abastece también los mercados peninsulares.
    La comida es la madre, la patria, la matria.
    Un abrazo!

    ResponderEliminar
  4. A Gladys Castillo Jordan le gusta esto.

    ResponderEliminar
  5. A Yolanda Iduate le gusta esto...

    ResponderEliminar
  6. Hola:
    Leí en su blog sobre un Pagés que siembra maíz,me puede pasar el teléfono, soy cubana y estoy embarazada y me muero por unos tamales en hoja!
    Muchas gracias y un enorme saludo.
    Felicidades por su blog.
    Jannette Oriano

    ResponderEliminar
  7. Hola: Muy ameno e interesante su blog.Me gusta mucho su manera de escribir.
    Gracias x las felicitaciones y son 2 bebés...un niño y una niña!!!
    Muchas gracias x los datos del pagés...ya le contaré que tal los tamales...Nuevamente muchas gracias!!!!
    Jannette Oriano

    ResponderEliminar
  8. A Jordi Roselló Casimiro le gusta esto.

    ResponderEliminar