Muchos cubanos que me rodean en Barcelona amigos desde la isla y escritores algunos, y otras profesiones. Estan aterrados con la idea de la independencia. Sus razones tienen. Otros están abrazados a la causa independentista a morir y también son felices en eso.
Hasta aquí cada uno es libre de eligir el camino que desea para su vida y sus hijos.
Lo que me asombra a mi particularmente, es ver cubanos de Estados Unidos que critican a los cubanos de Catulunya que se han hecho por derecho y vida independentista.
Cuando desde aquí hemos visto cuando visitamos Miami, más banderas americanas que cubanas. Cubanos que no hablan ni leen en inglés y son más americanos que Lincon.
Jamás he visto a nadie de aquí criticarlo. En cambio, veo con estupor, cómo se les quiere criticar a cubanos- catalanes el derecho a decidir y votar el país que quieren para sus hijos.
Antes de hablar... reflexionen y miren su entorno. El que quiera ser feliz envuelto en una bandera que lo sea. No juzgue por inercia o imitación. Se puede hacer el ridículo. Y mucho más creerle el bulo de que esto es una Revolución comunista e Islamista como muchos me han escrito.
Les recuerdo a estos críticos con los cubanos afines a la independencia catalana, que fue en Cuba, donde se gestó el embrión de la independencia de Catalunya desde finales del sXIX a inicios del siglo XX, por catalanes a favor de la independencia cubana como Emilio Barcardí, amigo de José Martí que tuvo que exiliarse en New York. Que esa bandera independentista, estelada blava, no es imitación casual de la cubana.
Pero eso, a los ignorantes les resbala. Se han criado en la intolerancia del castrismo y le es imposible librarse de ella, esa parte que es aceptar la diferencia. Justo la que te hace demócrata.
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