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viernes, 15 de junio de 2018

Garbanzos con espinacas en Sevilla. En el Rinconcillo de 1670.


Fue mi primera tapa en Sevilla. Acababa de llegar de París, año  2000. Aún tenía el sabor de los caracoles con mantequilla y peregil de Odette Manchón en mi paladar.
Creo quelos Garbanzos con espinacas ayudaron a saber que había llegado a otro universo. A Ispalis, Ispalo, Hispalis, Hispali o Sevilla. No sabía en ese momento que el primer piso que me alquilaría sería a unos pasos de la casa de Gustavo Aldolfo Becquer. Tampoco que sería habitual visitar la tumba de Machin y la ciudad donde nacieron tres emperadores romanos Adriano,  Trajano y Teodosio; a solo 7 kilómetros de Sevilla, en Itálica.
Evocar estos garbanzos con espinacas que volví a comer en Sevilla hace solo 15 días, es evocar mi origen de vida en Andalucía, en mi exilio Europeo personal. 

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