El san Lázaro de Bedia, con una figuración y líneas exquisitas, muy diferentes al san Lázaro Negro y real de Luis Manuel Otero Alcántara.
Entre uno de 1992 y el otro hay enormes diferencias. El de Bedia, para mi gusto exquisito e intelectual, que hasta incluye la fachada de la iglesia cristiana de San Lázaro.
El de Luisma, va al san Lázaro, no intelectual, Al san Lázaro de pueblo. Se hace evidente que Luisma hizo la caminata desde la Habana hasta el rincón. Si alguien hizo esa camina, yo la hice varias veces, no por devoción cristiana, sino porque casi era un acto de contrarevolución. El año que fue en 1991, no recuerdo bien, la dictadura había quitado hasta los autobuses, pues no le interesaba que la gente hicieran algún tipo de protesta.
El negro san Lázaro más cubano de Luisma para mi gusto representa mucho mejor al pueblo cubano, no por la negritud solamente, sino porque es el pretexto del pueblo para ir a Balalú Ayé real, y no al sincretismo cubano de San Lázaro.
Hablé mucho con Luisma antes que lo encarcelaran cuando escribía los Acuartelados de San Isidro, y me molesta no haberle preguntado sobre esta obra, extraordinaria donde la representación de la devoción del pueblo cubano en una imagen de Babalú es excelente...
Arsenio Rodriguez Quintana.