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jueves, 8 de septiembre de 2016

Dalí en 1942 ya usaba gafas espejo 80 años antes de ponerse de moda.

Los genios a veces lo son por adelantarse a casi todo. En la Exposición ¡Sórprendeme! del fotógrafo Philippe Halsman en Caixaforum encontré esta joya de imagen donde Dalí lleva gafas (espejo) refragtantes muy de moda hace dos veranos en toda Europa pero que él ya usaba en 1942.

La hija del fotógrafo explica así la relación de ambos artistas...

"Irene Halsman:«Mi padre y Dalí vivieron un idilio de 37 años»

«Se conocieron en 1941 en una galería en Nueva York y colaboraron juntos durante treinta y siete años», afirma Irene Halsman, quien tilda de muy especial la relación que tuvieron ambos artistas. «Cada vez que Dalí venía a América conectaba con mi padre y le preguntaba si tenía alguna idea para trabajar juntos». «Uno era fotógrafo y el otro pintor –concreta–. Nunca hubo celos entre ambos. Fue una colaboración real y entre ellos se fraguó una verdadera amistad, un idilio».

Irene sonríe cuando recuerda que el pintor de Figueras nunca aprendió a escribir el nombre de su padre «Casi cuarenta años… No creo que haya muchas colaboraciones tan duraderas en el mundo del arte. Tuvieron una colaboración muy auténtica».
 «Son excepcionales dos fotos de la vida cotidiana de Dalí donde le vemos pintando la cabeza de una medusa en la frente de Gala y otra en la que está dentro de la cama con una gafas con efecto de espejo que, según él, estimulaban la imaginación. Las dos fotos las hizo mi padre en una de sus largas estancias en el Hotel St. Regis de Nueva York».
Dalí necesitaba a Halsman. «Mi padre quedó fascinado con sus excentricidades y se obsesionó por encontrar sus diferentes máscaras. Las fotos que se han conservado demuestran estas fantasías construidas sobre sueños y delirios». 

Maya y Cecy amigas y cómplices en crecimiento.

Maya y Cecy consolidan una amistad. Verlas juntas es saber que tienen una complicidad que comienza a ser más allá de la amistad de sus padres y yo.
Comienzan a saber que se necesitan cómo amigas y los abrazos e historias que se cuentan de sus vacaciones tienen su propio relato.

Me gusta que desde esta edad vayan encontrando esa familia propia que son los amigos. Nadie sabe cuan cerca estarán en el futuro, me ilusiona que se fueran de Erasmus juntas por el sitio de Europa que elijan, quién puede saber si ocurrirá. 

Lo importante es que llevan varios años juntas viéndose con regularidad y  sabiendo que la otra existe. Viéndolas hablar tan independientes, pensé que ya esbozan su propio futuro.