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jueves, 2 de abril de 2020

Estadísticas y víctimas en el encierro: muertos, contagiados y salvados



Borges nos advirtió en La cifra:

Vivimos descubriendo y olvidando
esa dulce costumbre de la noche.
Hay que mirarla bien. Puede ser la última.
Me levanto cada día de encierro y veo las cifras de víctimas
global y local, muertos, contagiados y salvados
Es tan visceral que parece morbo tras dieciséis días.
El vicio comenzó cuando la pandemia era china allá en Asia
estaba lejos, era algo que les pasaba a otros por comer murciélagos
y no comida mediterránea.

Nunca las estadísticas y porcientos habían estado tan de moda
lo desagradable es que el gobierno le ha dado por poner a militares
que informan sobre noticias tristes  
con lo desagradable que es un traje MILITAR
lleno de medallas que alcanzaron por haber estado rodeado
de muertos en otras misiones
hombres huecos usados para hablar a una mayoría civil
por la tele.
Lo siento, pero para mí es una grosería antiestética en una democracia
tener a esos hombres de cartón con medallas informando
sobre una pandemia.
¿Acaso no puede haber portavoces vestidos de humanos?
¿Soy el único que ve lo mal que se ven estos espectros?

¿Será que vengo de una dictadura 
y no estoy curado tras veinte años de exilio?









Seré Azul. Canción de Juan Carlos Piñol. Punto y aparte.



He decidido sacar solo la canción Seré Azul, de Juan Carlos Piñol, de su documental en youtube, un relato visual  que dirigió Pablo Gualla que captó la esencia de Juan Carlos a través de su cámara que le sigue por los lugares esenciales del Vedado donde nació y del malecón, cerca de donde descubrió la rumba quizás por la cadencia de las olas.

Le he dicho por whashapps que me es imposible no tener solo esta canción para escucharla sola, porque al escucharla y verlo por el barrio donde ambos nacimos y nos criamos no tuve más remedio que llorar. Y llorando le mandó un mensaje de voz descojonado de nostalgia. A Piñol no lo veo desde que salí de Cuba en 1999.  Pero la sangre no necesita verse para quererse y por suerte ya puede leerme a ratos y yo he podido ver como crece.
Esta canción cambia el ritmo de todo lo que se ha escrito sobre La Habana, pues  Piñol la enfoca desde el símil y la metáfora continuada de manera absolutamente extraordinaria.

Llévame hasta donde el mar
guarda flores de coral
sentimientos escondidos 
en arenas de cristal
llévame hasta donde el sol
se desprende del dolor
y se escuche ese sonido
cuando cambie de color

En otro momento de símiles, agrega una metáfora lucida:

Como las algas marinas  seré azul entre las ruinas de barcos negreros

Este músico y poeta, ya ha cambiado la forma de hacer canciones en ese país cargado y repleto hasta la saciedad de música de todos los géneros. Él abre con este concepto, largos textos acompañados con base de percusión en primer plano, guitarra adornando con improvisaciones y su voz, quizás otra forma de filin del siglo 21 o blues Piñol, renovando a Mongo Santamaría o a Bobby Carcassés que necesariamente no tiene que tener una gran voz detrás, sino buen gusto por las palabras y la música. De Bobby tiene el scat cubano que renueva no solo en las improvisaciones sino en las palabras. Pero de Chet Beker tiene esa maravillosa tristeza hábil de lo cotidiano de las caídas de la tarde y la noche de lo que somos, y hablo esta vez de la piel. El es blanco pero negro musicalmente como Chet Beker y Miles Davis, la formación de Piñol siempre ha sido y fue la décima de su padre cada domingo en la patio de su padre, y el jazz y el blues que luego me pasó a mi. Por eso es azul, por el mar y por el blues. Y le debo a él todo lo que sé de jazz y blues antes de saber que me dedicaría a la musicología.
Estoy ya desesperao porque salga este disco. Hay que ser muy idiota para no llamar corriendo a este músico y escritor para grabar estas joyas.

Los cubanos dicen Nasobuco y no mascarilla...¿por qué?


NASOBUCO por mascarilla dicen en Cuba. ¿Por qué?

Tengo en casa varios diccionarios y libros sobre el castellano que se habla en Cuba, sobre todo el clásico EL HABLA POPULAR, Gazapos y gazapitos, Nuevo catauros de Cubanismos, y la palabra "Nasobuco" que leo en Ecured y Gramma, sobre este tema de usar mascarillas no aparece en ningçun lugar. 
Alguien sabe la etimología de esta palabra. Ahorrese buscar en las redes, suponga que ya lo he hecho. me valdria, yo la escuché en las tunas de niña, o no es una palabra habanera... u otra cosa.
Existiendo la palabra «máscara» tiene origen en el masque francés o maschera en italiano o másquera del español. Los posibles antepasados en latín (no clásico) son mascus, masca = «fantasma», y el maskharah árabe = «bufón», «hombre con una máscara».
Por favor ahorre-se que Naso, viene de nariz, pues nariz viene de orificio en latín.  y Boca vienen Voz patrimonial del latín bucca ‘mejilla’, que por metonimia pasó a designar ‘boca’ y sustituir la forma propia del latín os, oris ‘boca’, que seguramente no pervivió por ser una palabra monosilábica. V. orilla y su familia.

DE DÓNDE LOS CUBANOS SE HAN SACADO ESTE NEOLOGISMO QUE POR CIERTO NO ME GUSTA NADA.

Tras esta nota en las redes alguien me dejó este texto de alguien en Cuba que tuvo las mismas inquietudes que yo.



En vez de mascarilla, palabra ampliamente usada en el mundo hispanohablante para referirse al popular implemento de protección contra el nuevo coronavirus, los cubanos decimos nasobuco. Aunque, si buscamos en el Diccionario del español de Cuba, de Gisela Cárdenas y Antonia Ma. Tristá, no encontraremos esa voz, sino tapaboca.
Según el académico Diccionario de americanismos, paraguayos, argentinos y bolivianos tienen una lexía peculiar, barbijo, para designar este objeto; y tapaboca no solo se emplea en Cuba, sino en México, Costa Rica, República Dominicana, Uruguay y el propio Paraguay. El lexicón agrega que en nuestro país tapaboca coexiste con la forma en plural, tapabocas, que es —dice— la predominante.
¿Les soy sincero? Lo primero que me viene a la mente cuando oigo tapaboca—así, sin s siempre— es ‘golpe que se da en la boca con la mano abierta’, tal como reza en su acepción principal en el más importante repertorio lexicográfico académico, Diccionario de la lengua española (DLE). Y, por supuesto, también ‘razón, dicho o acción con que se hace callar a alguien, especialmente cuando se le convence de que es falso lo que dice’, otra de las acepciones.
Al menos en Fomento, pueblo donde nací y me crie, la palabra tapaboca, como nombre de la prenda protectora, siempre fue más característica del sector gastronómico; mientras que, entre profesionales y trabajadores de la medicina, la enfermería y la estomatología, lo común era —y es— nasobuco, e incluso, naso, su forma apocopada.
Pero ningún diccionario registra nasobuco, y algunas personas, a cuyos oídos suena extraño el vocablo, cuestionan su legitimidad.
Parece obvio que es un compuesto originado en el lenguaje de las ciencias médicas e integrado por naso, que alude a la nariz o las fosas nasales, y buco, que remite a la boca.
Con el primero de ambos formantes el DLE recoge el adjetivo nasofaríngeo‘que está situado en la faringe por encima del velo del paladar y detrás de las fosas nasales’. Y el célebre Diccionario terminológico de ciencias médicas, de la editorial Salvat, incluye: nasociliar ‘relativo a la nariz y las cejas’, nasolabial ‘relativo a la nariz y los labios’, nasoocular ‘relativo a la nariz y el ojo’, etcétera.
Con el segundo formante el DLEregistra bucodental ‘relativo a la boca y los dientes’ y bucofaríngeo ‘relativo a la boca y la faringe’, mientras que el Diccionario médico-biológico, histórico y etimológico, de la Universidad de Salamanca, añade buconasal‘relacionado o perteneciente a la boca y a la nariz’.
Tanto naso como buco ocupan siempre la primera posición en los compuestos de dos formantes. Y cuando coinciden en un compuesto, es porque este tiene tres formantes, de modo que ni naso ni buco quedan al final de la unidad léxica. Son los casos, hallados en internet, de nasobucofaríngea y buconasofaríngea, voces con que, en textos científicos de medicina, cirugía, enfermería y estomatología, se denomina una misma cavidad, mucosa, zona o región anatómica humana.
De ahí la extrañeza que puede generar la ubicación de buco al final de nasobuco. Un hispanohablante con cierta competencia en el uso de su lengua siente que ahí falta algo… Morfológicamente hablando, la o de naso y de buco —que se conoce como vocal de unión o enlace— se coloca tras las raíces nas- y buc-, para unirlas con otra raíz, que debe aparecer después, de igual manera a la o que se adiciona, por ejemplo, a la raíz franc- en el compuesto franc-o-canadiense. Centenares de términos médicos se han creado según esta pauta compositiva: ansi-o-lítico, arteri-o-sclerosis, inmun-o-deficiencia, hem-o-diálisis, cardi-o-patía, psic-o-fármaco, mam-o-grafía…
¿Será, entonces, que nasobuco resulta del acortamiento de un compuesto de tres formantes; digamos que nasobucofaríngeo? Parece atinado postularlo. Pero, sin pruebas documentales, no pasa de ser una especulación mía. Como lo es, además, suponer que antes de tal truncamiento ese adjetivo debió formar parte de una unidad mayor, del tipo protector nasobucofaríngeo máscara nasobucofaríngea, la cual se redujo luego por elipsis del sustantivo (semejante a reloj despertador teléfono móvil, que acabaron convertidas en despertador y móvil, respectivamente).
El hipotético proceso podría esquematizarse así: protector nasobucofaríngeo > nasobucofaríngeo > nasobuco; similar a cirujano maxilofacial > maxilofacial > máxilo. Y en el caso de nasobuco la cadena de cambios continúa, porque, como apunté al inicio, hay quienes abrevian aún más el cuerpo de la palabra: naso.
Los acortamientos de términos relativos al ámbito médico abundan. En lugar de otorrinolaringólogo, quimioterapia, gastroscopía, electrocardiograma, laparoscopía, poliomielitis ciprofloxacino, preferimos otorrino, quimio, gastro, electro, láparo, polio cipro.
Por último, un consejo: debe respetarse esa o de naso, y no decir, como se oye a muchos entrevistados en los medios de comunicación, nasabuco.

Así lo e