La Isabela de Sagua, pequeño puerto en el centro de la costa norte de la isla de Cuba, contaba con su propia aduana, desde la primera mitad del SXIX, un viejo edificio de madera fue sustituido en 1929, por un solido edificio de dos plantas, adentrado en el mar, resistente a los habituales ciclones que surcaban la zona, sin ostentación y proporcionadas medidas neoclásicas, hacían de esta aduana un magnifico edificio de entrada y salida de mercancías a Cuba. El edificio desde hace muchos años, caído en desuso y abandonado, y no precisamente porque Cuba haya eliminado barreras aduanales y cosas así, presenta un lamentable aspecto junto al resto del otrora activo puerto, uno de los mas importantes del centro del país.