Soy de los que piensa que la Casa Amatller. Obra del arquitecto Josep Puig i Cadafalch, situada justo al lado, que "acompaña" a la casa Batlló, hace que Gaudí-Batlló sea mejor.
Sobre todo cuando cae la tarde y las dos se favorecen con ese matiz de luz filtrada que da en invierno en el passeig de Gràcia.
Son obras de vida màs que obras de arte. Pues uno se queda con ellas vivas o no en este àmbito. Pasar a cada rato y constatar su existencia es un alumbrabienro perpétuo. Esas pieles únicas son una referencia o martirio cuando estàs lejos.