"Que sufra mucho pero que no muera/ Ay Aurora, yo te quiero todavía." Los versos son de Manuel Corona. La actualización de esta canción llevada al blues, de Ismael De la Torre. Quién me animó a escuchar su música en su canal de YouTube. Cosa que hice con retardo, pero dejo constancia a mis lectores.
Me gusta las actualizaciones de la trova tradicional cubana en las dos direcciones: influencias foráneas, este es el caso, o tal cual fueron hechas.
Corona tuvo tanto dolor dentro y fuera de desamores y los escribió tan bien, que los músicos e intérpretes deberían estar obligados a cantarlo por decreto. Pero sobre todo para cultivar el buen gusto cuando se decidan a escribir.
Es evidente que "Aurora" lo traicinó, con otro, él le pide a Dios que la "castigue"con mano fiera, sin embargo; su sensibilidad es tal, y el amor es tan fuerte en este poeta de la trova, que le dice, "que sufra mucho, pero que no muera"
Este verso último es de un sublime total. La quiere viva, aunque castigada. ¡Joder con el amor! Que sencillez más profunda.
Aurora
Ay, Aurora, me has echado al abandono
yo que tanto y tanto te he querido;
con tu negra traición me has engañado
y en el fondo del alma me has herido.
Tú has tratado de engañar el alma mía.
Castígala, gran Dios, con mano fiera,
que sufra mucho pero que no muera.
Ay, Aurora, yo te quiero todavía.
yo que tanto y tanto te he querido;
con tu negra traición me has engañado
y en el fondo del alma me has herido.
Tú has tratado de engañar el alma mía.
Castígala, gran Dios, con mano fiera,
que sufra mucho pero que no muera.
Ay, Aurora, yo te quiero todavía.
Vida. Manuel Corona.
De padre mambí, Corona nació en la villa blanca de Caibarién, al centro de la Isla, pero a mediados de la última década del XIX, todavía adolescente, lió sus bártulos y buscó mejor suerte en La Habana, donde desempeñó los trabajos más modestos en el taller de cigarros La Eminencia. Con el tiempo alcanzaría notable habilidad en el torcido de tabacos, al igual que con la guitarra, que ya lo acompañaba.
Sin embargo, el artista jamás lucró con sus composiciones. Al contrario, bohemio impenitente, noctámbulo y rebelde, rechazó cualquier desempeño que representara ataduras a su libre expresión musical o que restringiera su modo de vida. El rostro enjuto, el color cetrino, el traje desgastado, la mirada perdida, el organismo envejecido por la anarquía completa en cuanto a horarios y el descuido de la salud. Manuel Corona, no fue un ejemplo de la mejor ni más saludable manera de vivir... aunque aun así viviera prácticamente 70 años.
En el inhóspito cuarto situado al fondo de un bar de Marianao, en La Habana, entre desoladora miseria, murió el compositor Manuel Corona. El hecho fue noticia de un día, porque pronto dejó de serlo y sólo en el recuerdo de amigos, admiradores e intérpretes de su música sobrevivió la memoria del creador de tan formidables canciones.
Otras canciones: Longina, Mercedes, Doble Conciencia, ...
Manuel Corona